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Meghan, Harry, la halitosis de un invitado y otros detalles de la boda que vale la pena comentar

Mucho se ha hablado del recuerdo de Wallis Simpson, así como del parón de Clooney o el beso de Beckham con Elton John, pero ¿hay algo más british que ponerse un traje de rebodón firmado por la hija de un Beatle?

No podía haber hecho mejor elección. Meghan Markle, la novia de cuento de hadas multirracial que ha inyectado con su glamour y belleza una buena dosis de vitaminas a la monarquía más importante del mundo, ha optado para su traje de rebodón por la hija de Paul McCartney, que a más, a más, es Sir.

Stella McCartney es la persona a la que Meghan encomendó su segundo vestido nupcial. Confeccionado en crêpe de seda, de líneas puras y rectas, blanco con escote halter y espalda al aire, que permite resaltar los puntos fuertes de la maravillosa anatomía de la novia del año. Ya convertidos en marido y mujer, Megan y Harry, tras la boda celebrada en la Capilla de San Jorge y el convite ofrecido por la abuela a los 600 privilegiados invitados en Windsor, los novios acudieron a una recepción organizada por el príncipe Carlos, padrino de la novia, en Frogmore House.

Meghan calzó unos zapatos en color nude con suela azul de Aquazzura, una firma italiana cuyo precio medio por par es de unos 500 euros. Harry, muy elegante con un smoking de corte perfecto, condujo personalmente el deportivo Jaguar E-Type Concept Zero color azul, del año de 1968, que les llevó desde Windsor al lugar elegido para la fiesta, el mismo donde anunciaron hace meses su compromiso.

El peinado de la novia, un recogido de estilo absolutamente informal, contrastaba con la elegancia y sobriedad del vestido. En el dedo corazón de la mano derecha, la duquesa Sussex lucía el maravilloso anillo que Diana se compró siendo ya una mujer divorciada, una aguamarina, pieza clave del joyero de la princesa muerta, que simbolizó en su momento su recién adquirida libertad. ¿Toda una declaración de intenciones de Meghan, una mujer independiente a la que no le ha importado entrar sola en la capilla  de San Jorge hacia el altar?

El piquito de Elton John hace arder las redes

La boda deparó curiosas anécdotas, como el piquito en los labios con el que repentinamente Elton John sorprendió a David Beckham mientras charlaban con sus parejas, David Furnish y Victoria. No es la primera ocasión en la que Sir Elton John hace algo así con sus amigos heteros. Tony Benett y Paul McCartney también fueron objeto del impulsivo cariño del cantante y compositor. Muchas fans de futbolista han mostrado su envidia en las redes sociales ante el impulso irreprimido de Elton.

También ha sido muy comentado el hecho de que George Clooney y su mujer Amal fueran interceptados durante casi diez minutos por el equipo de seguridad. La prensa británica ha dado diversas explicaciones: desde que tuvieron problemas por no estar debidamente acreditados (a Rajoy le piden el DNI cuando visita Antena 3) hasta que el policía que les paró, gran fan del actor, aprovechó la coyuntura para poder estar más tiempo con su ídolo.

Pero el gran golpe lo dio uno de los compañeros de Meghan en la serie Suits. Rick Hoffman, que interpreta el personaje de Louis Litt, fue sorprendido por las cámaras durante la boda con una mueca facial de disgusto que no pasó desapercibida a los millones de espectadores de todo el mundo que la presenciaron. Él mismo ha explicado las razones en sus redes sociales. Durante la homilía, muy cerca de él, una persona desconocida sufría de un grave problema de halitosis. Ante la fetidez del aliento, no sabemos de quién, junto al vídeo que acompaña la explicación, en el que no cesa de mascar chicle, el actor de la serie que hizo famosa a Meghan ha escrito una frase y un hashtag. "Cara de boda real… Lávate los dientes".

Pero ni Rick logró cargarse con su escatología  el glamour de una boda de ensueño, en la que todos y cada uno de los detalles fueron analizados con lupa por columnistas, filósofos y hasta historiadores. La elección de la directora creativa de la firma francesa Givenchy, la británica Claire Waight, le ha servido al diario The Telegraph para sacar punta al tema y recordar que Hubert de Givenchy, fallecido el pasado mes de marzo, fue el creador favorito de Wallis Simpson, otra americana divorciada que pudo haber llegado a ser reina. Jorge V tuvo que renunciar a la corona para casarse con ella.

La última vez que un diseño de Givenchy centró todas las miradas en un evento relacionado con los Windsor en la capilla de San Jorge fue en 1972, hace 46 años. Hubert de Givenchy diseñó para su mejor cliente un traje y un abrigo negro con doble fila de botones con motivo del funeral del duque de Windsor. Wallis, que fue tratada con distancia y cierto desdén por su cuñada, la reina madre, vivió momentos muy duros durante su corta estancia en el castillo junto a la familia que la odiaba. Muchos años atrás, por su culpa, el padre de Isabel II tuvo que aceptar un destino que no anhelaba, la corona británica.

Los tiempos han cambiado y una plebeya, divorciada y americana como ella, ha sido recibida con los brazos abiertos por Isabel II, capaz de hacer cualquier cosa por Harry, a quien ha definido como el más amado de sus nietos sin que ninguno de los primos del duque de Sussex se haya enfadado. Se sabía desde hace tiempo. Solo él consiguió que su abuela gastara bromas en youtube a otro afromericano como Meghan: el presidente Obama. ¿Se habrá percatado la Reina de Inglaterra del detalle del vestido de Givenchy?

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