Su nombre es Mary Hudson y es, en sus propias palabras, una "cristiana renacida" sin reparos a la hora de afirmar que todos sus hijos, incluida la cantante, estuvieron bajo la influencia del demonio durante toda su infancia: "Es difícil ver a tus hijos hacer las cosas a su manera, especialmente cuando es totalmente lo opuesto a la manera de Dios", dijo en una conferencia sobre educación.
A pesar de ello, Katy Perry (33) mantiene una excelente relación con su madre, tanto que hace unos días acudieron juntas a una clínica estética, de la que salieron con mascarillas blancas en la cara que suelen utilizarse para proteger la piel después de ser sometida a un tratamiento.
Katy Perry masks up to 'bond' with her mom over a facial... after the pastor said star had 'demonic influences' - Daily Mail https://t.co/9oLB0d56A1 @katyperry pic.twitter.com/My3INjtSjO
— katy perry News (@iKattyperryNews) 15 de mayo de 2018
Además de asegurar que la novia de Orlando Bloom recibió "influencias demoníacas" cuando era niña, Mary desveló que fue el espíritu de Dios el que hizo que todo fluyera entre ellas y las devolviera "al camino de la rectitud". Por otro lado, confesó que sufrió depresión postparto tras el nacimiento de Perry y que se encontró en un "lugar extremadamente oscuro". Ahora, a sus 70 años, cree que una "buena sesión de adoración" es mejor que cualquier medicina y que "la gente deben recurrir a Dios antes de que les receten pastillas".
@katyperry got to her mom a puppy instead flowers for the #MothersDay .
— Katy Perry Facts (@katypefact) 14 de mayo de 2018
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Hace ya más de un año que Mary habló por primera vez de su hija y confesó que cuando quedó encinta de ella, un evangelista oró por ella y profetizó: "Esta niña va a hacer algo grande para Dios". El ajetreado ritmo de vida de Perry la alejó de las ideas religiosas de su madre pero aún conserva un tatuaje con el nombre Jesús en su muñeca.