La boda real se acerca y ya se empiezan a conocer detalles que marcarán el día más especial del nieto de Isabel II y su prometida. Uno de ellos resulta un tanto sorprendente. Según cuenta The Guardian, la Casa Real ha avisado por carta a los invitados en representación del pueblo que deberán acudir al castillo de Windsor "con su propio picnic".
El aviso no ha sentado muy bien a los asistentes, ya que tendrán que esperar el desfile en carroza de los novios durante más de cuatro horas y esperaban almorzar gratis. Rashid Bhayt, uno de los invitados a la boda, ha expresado su malestar al medio británico.
"Hay un McDonalds cerca, pero no estoy seguro de si nos dejarán meter un McMenú", declaraba. "Si oís que me he desmayado, no habrá sido de la impresión al ver a los novios", bromea otro. Cabe recordar que algunas de estas personas pertenecen a ONGs y a colectivos de discapacitados e incluso niños enfermos.
La medida no afectará a los invitados a la recepción dentro de palacio, a quienes sí se ofrecerá un refrigerio y algo de picar.
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