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Iván Armesto celebra con una carta la mayoría de edad de Gran Hermano: el 23 de abril de 2000 empezó la aventura

Cinco chicas y cinco chicos nos preparábamos el 23 de abril de 2000 en diferentes hoteles de Madrid para embarcarnos en una aventura que cambiaría nuestras vidas y las de muchos otros, un programa de televisión que haría que los profesionales y los espectadores se que quedaran ojipláticos ante sus pantallas. La vida en directo comenzaba. La historia de la tele estaba a punto de cambiar.

Particularmente recuerdo ese dia junto a mi padre en un hotel de la capital. Llegamos dos dias antes; él, de Xixón, y yo, de FuerteVentura. Lo pasamos genial, me dio la tranquilidad que solo un padre o una madre te pueden dar y desde la inocencia televisiva sabíamos que, pasara lo que pasara, nuestra relación no iba a cambiar. Ellos confiaban en mí, y yo en ellos. Aunque no sabíamos muy bien donde me metía, no había fisuras entre nosotros. Un gimnasta lo es para toda la vida.

Y así era. No teníamos ni idea de lo que acontecería, aunque es verdad que cuando picaron a la puerta y al abrirla apareció Mercedes Milá para saludarme y desearme suerte, pudimos darnos cuenta de que algo importante se acercaba a nuestras vidas. Solo fueron dos minutos en los que recuerdo que estaba casi más nerviosa que yo, seguramente por la responsabilidad que ella si sabia que tenía. Como profesional valiente, se metía en un embolao que nadie sabía cómo iba a salir.

Recuerdo que atisbó a decir algo así como: "Hombre, Ivan el asturiano; vaya, cómo te pareces a mi amigo Víctor" (por Victor Manuel).

Quedaba claro que aquella gran periodista no era una gran directora de casting de dobles. Con mis 34 años ya le había dado varias vueltas a la vida. Pero aún me faltaba mucha cultura, y sigo en ello. Pero había vivido suficientes situaciones humanas como para manejarme bien con la frustración, el éxito, la amistad, el amor, la ruptura (con cuernos y sin cuernos), la fiesta, la soledad, etc. Tenía el convencimiento de que podía convivir en cualquier situación, lo que habí aprendido en la vida era a adaptarme y pensaba que ese programa iba de eso.

Para llegar hasta ese día había pasado por cinco castings, algo que nunca había hecho, y a lo que mis compañeras de piso en Fuerteventura, dos vascas maravillosas, me habían empujado. Fue un proceso divertido, por abreviar.

Por casualidad conocí en el cuarto casting a quien a la postre se convertiría en el mejor premio del programa, mi brother el Pisha. En el quinto, se suponía que nos hacían una preparacion psicológica para enfrentarnos a la fama, algo que en aquellos momentos me parecía bastante ficticio. Acabé emborrachando al psicólogo y picando a su portal, allí lo dejí.

Volviendo al dia 23. Me despedí de mi padre con un sentido de la responsabilidad acusado, pues por nada del mundo quería ver dañada la reputación de mi familia por una aventura a la que solo yo me prestaba. Él me reiteró su confianza en mi. Creo que esto me ayudo en mi paso por la casa.

Al salir del hotel me esperaba un coche de alta gama de la época. Lo vi con naturalidad pues di por hecho que siendo la televisión tendrían mucha pasta. No le di importancia. En el culebreo de mi vida había bebido vino barato, pero también Dom Pérignon. 

Tenia inquietud por saber quiénes serían los concursantes con los que tendría que convivir y saber si el chico aquel con el que había coincidido en el cuarto casting entraría también. La verdad es que no había hablado nada con él. Nos vimos en el hall del edificio de Zeppelin, la productora del programa, estábamos sentados en diferentes sofás y nuestras miradas coincidieron en la figura de una rubia alta, con un traje de chaqueta blanco, que nos hizo pensar en nuestras pocas posibilidades de que aquello acabase con nosotros en la casa. 

Ya bien caída la noche, y sin saber qué hora era (me habían quitado el reloj y el Alcatel que tenia de móvil para no tener ninguna comunicación con nadie) el conductor recibió un Ok por el walky que llevaba, arrancó en coche y se dirigió hacia la nave que albergaba la casa, no sin antes desearme suerte como anteriormente había hecho la Milá. 

Al llegar a la parte de fuera de la casa me recibió Fernando Acaso, un gran tipo, al que después tuve la suerte de conocer en lo personal, pero del que llevo años sin saber. De repente apareció mi hermano Eliseo (QEPD). Fue un subidón de adrenalina, no sabía nada. Hacía más de un año que no lo veía, y el cabrón estaba allí sin decirme nada. Me dije a mi mismo: 'Joder, esto va en serio, esta gente tiene pasta, jajajaja que inconsciente, después supe que tenían pasta, pero para ellos,  jajajaja".

Sin prisa pero sin pausa llegaron todos los coches y nos juntaron a los 10 bajo los focos. Enseguida vi a Ismael y me abrace a él contento. Sabia que había feeling. También estaba la rubia del traje blanco, la Marijose, aunque ya no me pareció tan despamapanante, ya le pareceria despues a mi querido Berrocal por de. Ya le parecería después a Berrocal. (¡Quién me pone la pierna encima!)

Allí estabamos todos, bajo los focos, con una pequeña representación de nuestras familias y una multitud de fotógrafos. Allí estábamos con aquellas maletas de electricista, claro síntoma de la precipitación de producción, ese vínculo de glamour y cutrerío en el que nos movemos en el audiovisual.  Las luces y la situación habín desatado la euforia en nosotros, cuando nos indicaron que camináramos para la casa y entráramos por aquel pasillo lateral, yo lo sentía como si fuéramos a camara lenta, algo así como en Elegidos para la gloria, aquella peli americana que relataba cómo unos astronautas intentaban conquistar el espacio.

De aquel 23 de Abril este lunes se cumplen 18 años, lo que quiere decir que los niños que nacieron aquellos dias hoy son mayores de edad. También los serán desde ahora los realitys, esos que ahora se mueven en otros parámetros que nada tienen que ver con los de aquel día.

Aquella noche la Televisión cambio para siempre, aquella noche no entraban en aquella casa de Soto del Real ni artistas ni toreros ni futbolistas ni incluso la novia/o arrepentida/ de alguno de los anteriores. Aquella noche quienes entraron en aquella casa eran 10 personas anónimas que no tenían mas habilidad que la de ser ellos mismos. Su naturalidad conquistólos corazones de millones de personas. Aquellos 10 fueron los Rolling por un tiempo, aunque solo cantaban en la ducha,y mal.

Feliz mayoría de edad Gran Hermano.

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