Alejandra Rubio Campos, que alcanzó la mayoría de edad hace algunas semanas, celebró este jueves su fiesta de cumpleaños en la discoteca madrileña Gabana, donde su novio, Álvaro, ejerce de DJ. Sin embargo, lo que apuntaba a ser un gran festejo a punto estuvo de acabar en drama cuando el pánico se apoderó de la joven mientras posaba con su familia en el photocall. Pero empecemos por el principio...
La protagonista de la celebración llegó en torno a las nueve de la noche en un vehículo en el que también viajaban su madre, Terelu Campos, y su abuela, María Teresa Campos. A su llegada, el rostro de Alejandra reflejaba cierta incredulidad y sorpresa por la cantidad de personas que esperaban su aparición. El caos entre reporteros, fotógrafos y curiosos era total en la madrileña calle de Velázquez. La nieta de Campos cambió de look para la ocasión con pelo negro agabache y vestido ajustado del mismo color sobre unos botines de alto tacón.

Las tres accedieron poco después al photocall en el que se les unieron el resto de la familia: el padre de la adolescente, Alejandro Rubio; su tía, Carmen Borrego, junto a su hija y su marido, y hasta Bigote Arrocet. Nadie se quería perder el día especial de la hija de Terelu.

Sin embargo y en un momento del posado, Alejandra sintió la presión y se rompió. La joven abandonó el photocall rauda y veloz entre lágrimas y su madre, entonces, la disculpó: "Se ha asustado. Es que no podía ni entrar. Ya os he dicho que Alejandra no va a hablar", dijo Terelu tras la huida de su pequeña.
Pasado el vendaval, Alejandra y su progenitora decidieron ponerse de nuevo en el foco de los reporteros y fotógrafos. En esta ocasión, acompañadas ambas de Alejandro Rubio. La adolescente aguantó ahora sí la presión y posó con sonrisa relajada, consciente de que lo malo había pasado.

Después, Alejandra se marchó a disfrutar de la fiesta al interior de la sala con los suyos y fue fotografiada, en el fin de fiesta, abandonando el local junto a su pareja.