La protagonista de El Príncipe lleva año y medio viviendo en la capital francesa, sin embargo, la distancia no ha hecho que la gente deje que querer saberlo todo sobre ella. En su última entrevista, Hiba Abouk (31) ha hablado de sus orígenes, su decisión de no llevar velo y lo que siente al ser considerada una sex symbol.
En 2014, cuando se estrenó la serie de Telecinco, Hiba era casi desconocida. No obstante, su interpretación en su papel de Fátima y sobre todo su espectacular físico le llevaron a lo más alto. Así lo recordaba ella: "No me afectó. No sé si es porque en el instituto era también un símbolo sexual a pequeña escala. Cuando eres guapa, eres guapa siempre. Solo que cuando eres más conocida, más gente te ve guapa. Pero es algo que siempre he tenido. Desde que era pequeña y me decían: '¡Qué cara más bonita!'. Así que… me la pela", ha manifestado en una entrevista con El País.
También se ha referido al motivo que le llevó a mudarse a París: "Me fui porque hablo el idioma, quería entrar en la industria francesa y siempre fue mi sueño vivir allí (...) Hice las maletas hace año y medio, yo sola, y muchas veces me preguntan: '¿Te has ido por amor?'. No, me he ido sola", decía y añadía: "Es una maravilla. No me conoce nadie. Soy anónima. Ni siquiera me hacen la pelota en los restaurantes".
Además, ha confesado que empezó a actuar con 16 años y desde el momento tuvo claro que quería interpretar a mujeres árabes: "Quería hablar del choque de culturas que sufrí en la adolescencia. En mi casa pasaban cosas, y en la calle, también. Pero eran dos mundos separados. Siempre soñé con ser actriz para interpretar a mujeres de mi perfil".
Sobre sus orígenes, Abouk, reconoce que gozó de bastante libertad: "No salí rebelde. Salí muy libre. Pero eso no lo entienden en ningún sitio. En cada evento al que acudo me preguntan si tengo pareja. Como si no pudieras ser completa sin pareja. Pero, ¿por qué? ¿Y si no quiero tener nunca pareja? Un alma libre es complicada de entender. Yo quiero que cada uno tenga la libertad de elegir. Porque yo he crecido en libertad, si no estaría aquí posando para una revista como a mí me da la gana. Pero tengo una prima que creció como yo y ha decidido llevar el velo. Me parece fantástico, mientras sea su elección", ha explicado.
Por último, la actriz reconoce que estuvo enfadada un par de años con sus padres porque no la dejaban ser actriz, una situación que provocó que se marchara de casa a los 18 años y conviviera con otras personas: "La verdad es que con 18 años me fui de casa y hasta que dejé la facultad estuve conviviendo, en Madrid, con gitanos, porque estaba como en casa y era una más".