Como es tradición, el exmarido de Melanie Griffith acudió a su cita anual con la Semana Santa malagueña, una fecha muy importante para el actor y que este año estuvo marcada por la ausencia de su madre, Ana Banderas, que falleció en noviembre. En estos momentos tan duros, el apoyo de su hija y su actual novia está siendo fundamental para él.
Antonio Banderas (57) ya está en su tierra natal para celebrar una de sus fiestas favoritas, la Semana Santa. El Domingo de Ramos desfiló como cofrade en la procesión de María Santísima de Lágrima y fue el propio Banderas el encargado de poner un crespón negro a la carroza en memoria de su madre, que era una fiel devota y camarera de la imagen.

Banderas procesionó bajo la atenta mirada de su novia, Nicole Kimpel (37), que contempló desde los balcones esta tradición española como una más, acompañada de su amiga Raquel Bernal (41), ex de Muñoz Escassi. Además, el actor de La piel que habito quiso tener un bonito recuerdo de este día y se fotografió con su chica con el atuendo de cofrade.


También estuvo su hija Stella del Carmen (21), fruto de su matrimonio con Melanie Griffith (60), que es uno de sus principales apoyos en estos momentos. La joven, que visitó por última vez la Semana Santa en 2013, quiso viajar hasta Málaga para estar junto a él este año. De hecho, a su llegada a la Iglesia de San Juan, Banderas se apoyó en su hija mientras entonaba el cantar: "Corazón cofrade, somos fusionados, miramos al cielo, un espejo azul Domingo de Ramos".


Además de su hermano Francisco Javier, con quien guarda una excelente relación, también asistieron algunos amigos y compañeros de profesión como Ken Biller, el director de la serie Genius: Picasso, en la que Banderas da vida al pintor en su etapa de madurez, o el actor Alex Rich, quien se mostró impresionado por el ambiente en la iglesia y por la experiencia, que calificó como "maravillosa".
El actor de El Zorro llegó con una hora de antelación a esta tradicional cita para ataviarse con la túnica que luce durante la procesión, cubriéndose además el rostro con un capillo que sólo deja entrever sus ojos. Banderas ejerce como mayordomo, siendo el encargado de dar toques de campana y guiando el trono por las calles. Tras finalizar su desfile, contempló junto a los suyos el resto de procesiones desde el balcón.


