La separación entre la tenista y el empresario está siendo muy poco amistosa y ambos han roto su silencio para intercambiar mensajes cargados de intenciones. El principal conflicto entre ellos son sus dos hijos: Josep Santacana afirma que "necesito ver a los niños y ella me lo impide" mientras que Arantxa Sánchez Vicario (46) lo desmiente: "No es cierto que me haya encerrado con mis hijos".
El empresario ha roto su silencio este miércoles en la revista Hola para denunciar la situación que vive como padre. Asegura que su ex no le deja ver a los niños: "Llevamos separados casi dos años, aunque llevábamos cinco sin tener relaciones. Habíamos acordado hacerlo todo de mutuo acuerdo y así fue hasta que el 13 de diciembre se fue con nuestros hijos sin avisar y sin mi consentimiento a casa de su hermano Emilio", ha desvelado Santacana. "Ese día me asusté muchísimo y el disgusto me provocó una arritmia cardiaca de tercer grado por la que estuve ingresado una semana en el hospital". Y ha añadido: "Ella está encerrada en casa con mis hijos sin salir y no me abre la puerta ni responde a mis mensajes".
Arantxa tiene una versión muy distinta de lo sucedido: "No es cierto que me haya encerrado en casa. Llevo a mis hijos al colegio todos los días, hacen sus actividades... Llevamos separados desde el momento que él se fue de casa, en verano. Estoy muy dolida con la situación, no me esperaba nunca el engaño y la falta de respeto hacia mí y sus hijos por llevar una doble vida", ha afirmado. "El tiempo ha demostrado que me equivoqué en mi matrimonio. No me arrepiento de haberlo hecho todo por amor, pero sí de haberle dado el control de todo lo que tenía".

El empresario ha aprovechado la entrevista para aclarar algunas de las informaciones que se han publicado estos días y que no se corresponden con la realidad: "Es falso que yo haya pedido una orden de alejamiento, tampoco he solicitado la custodia completa de los niños sino la compartida y aporté el informe psicológico de Arantxa cuando se llevó a mis hijos sin previo aviso". Además ha querido destacar que su interés por la tenista nunca fue económico: "Cuando empezamos sólo tenía deudas así que quien diga que estuve con ella por dinero se equivoca. Cuando empezamos a salir en 2007 su padre y su hermano me hicieron firmar unos documentos y luego vinieron las capitulaciones, en las que renuncié a todo. Al casarnos me obligaron a firmar una ampliación para asegurarse de que yo no me llevaría nada". Ella no lo tiene tan claro: "Quiero creer que su amor fue verdadero, pero los hechos están demostrando lo contrario".
La parte positiva de esta separación es que Arantxa ha recuperado a su familia, con la que no se hablaba desde hacía años, y está feliz por ello: "No hicieron falta muchas palabras, sentía que siempre podía contar con ellos y he pedido perdón a quienes se lo tenía que pedir". Ahora, ella ve con claridad que este distanciamiento lo provocó su marido: "Yo estaba ciega y no lo veía, pero él me aisló del mundo. Me iba separando de mis amigos, de mi familia... para que él y yo estuviéramos mejor". Sin embargo, Santacana cree que fueron precisamente todos ellos los que han provocado este triste desenlace: "El amor se nos acabó poquito a poco, nos ha perjudicado mucho la presión, los años de tensión con su familia y el triste proceso judicial que tuvimos con ellos".
Al margen de la separación, Arantxa y Josep tienen otro serio problema: el Banco de Luxemburgo ha pedido prisión preventiva para ellos por una deuda de más de siete millones de euros. "Tengo miedo de ir a la cárcel. Espero que algún día prevalezca la verdad", ha dicho él, que ha admitido también estar compartiendo su vida con otra mujer: "Llevo dos años separado así que tengo novia, se llama Raquel y llevamos saliendo 14 meses. Es española, de Madrid, pero la conocí en Barcelona, y no es gogó".