Las declaraciones al Deluxe del abogado americano de Arantxa Sánchez Vicario rebajaban en apariencia la tensión entre la tenista y su marido, seguramente en busca de un entendimiento entre ellos que pudiera evitar un juicio largo, costoso y negativo para los dos. Pero las heridas siguen abiertas y las acusaciones que se han cruzado hasta ahora han sido estocadas mortales.
La tenista confesó llorando tanto a su hermano Emilio, donde buscó refugio poco antes de Navidad, como a sus abogados españoles, que su esposo la había abandonado, quería quedarse con la custodia de los hijos y retenía efectos personales de ella y sus trofeos deportivos, ocultando que llevaban un tiempo sin hacer vida conyugal y que seguían juntos cara a la galería, "para no perjudicar la imagen de ella", como rezaba el email de Santacana a Arantxa que Informalia adelantó el pasado fin de semana en exclusiva.
(El email que Santacana envió a Arantxa cuatro días antes de pedir el divorcio y que Informalia adelantó el pasado domingo en exclusiva)
Pero la complicada situación financiera del matrimonio, con posibles inversiones en paraísos fiscales, y la demanda del Banco de Luxemburgo exigiéndoles penas de prisión si no devuelven los 7,5 millones de euros que deben a la entidad, les obliga a una estrategia común de defensa.
Sin embargo, en la demanda de divorcio de Santacana, a la que ha tenido acceso este medio, figuran afirmaciones tan graves como que Arantxa "tiene un historial de episodios psicológicos y mentales que condicionan la salud de los niños y ponen en riesgo su bienestar…".
Santacana pide que sus hijos vivan con él porque Arantxa se ha ido con los niños del domicilio familiar sin el consentimiento del padre y sin advertirle que se los llevaba y que los ha tenido escondidos, "por lo que en el mejor interés de los pequeños, es mejor que estén con el padre, dado el peligro que supone el desequilibrio mental de la madre, que ha rechazado ayuda médica, y su costumbre de llevárselos y que estén ilocalizables…"
Por otra parte, Santacana asegura en la demanda que no debe nada a Arantxa y que la manutención de los hijos, sus estudios, el cuidado diario y las actividades fuera de la escuela y los gastos médicos no cubiertos por el seguro deben ser pagados por los dos, además de exigir que si obtiene la custodia de los niños, tiene derecho a una deducción de los impuestos.
Y añade que, al haber firmado antes y después de la boda que no se reclamarían nada el uno al otro en caso de divorcio, considera que no debe pasarle ninguna pensión a su ex mujer. Y que pagará los gastos de los abogados siempre que sean razonables y su (todavía) esposa, actúe "de buena fe".
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