Invitada este miércoles a una fiesta organizada por una marca de champaña francés con motivo de Arco, la Feria del Arte contemporánea, Genoveva Casanova (41) reapareció en sociedad y aprovechó para explicar que el hombre con el que la sorprendieron en actitud muy afectuosa paseando por Madrid es sólo un amigo de la Universidad al que conoce hace años y por el que tiene mucho afecto.

Genoveva confirmó en cambio que su hija Amina, de poco más de 16 años, ya está ilusionada por un joven de su edad y, una vez más, habló maravillas de su ex marido Cayetano Martínez de Irujo (54), con el que mantiene una excelente relación.

Donde evitó la mexicana la polémica y quitó hierro al asunto fue sobre el veto que sufrió en Navidad por parte de su cuñado Carlos, actual duque de Alba, que no la quiso en la cena del 24 de diciembre en el palacio de Liria, donde la familia se reúne siempre en Nochebuena.

Como adelantó en exclusiva Informalia, Carlos Fitz-James Stuart le prohibió a Cayetano que llevara con él al palacio a la madre de sus hijos, Luis y Amina, argumentando que estaban ya divorciados. Y cuando el jinete le comunicó que entonces iría con su novia Bárbara Mirjan (21), el duque de Alba le dijo a su hermano que la joven tampoco sería bienvenida porque su relación "todavía no era oficial".

Las escasas y tirantes relaciones que tenía el primogénito de la duquesa con su hermano menor se rompieron ese día definitivamente, al menos para el jinete.

Hace tres semanas, Cayetano Martínez de Irujo dejó el despacho que todavía conservaba en el palacio de Liria y desde el que se encargaba de la Marca Alba, que comercializa productos como carne, naranjas aceite o galletas, que proceden de las fincas de la familia.

Cayetano ya no entraba en otras dependencias privadas de la mansión de su madre desde que el duque actual prescindió del trabajo de su hermano menor de llevar las tierras y los negocios de la casa, como le había encargado la duquesa en los últimos años de su vida. Una especie de 'despido' que se produjo unas semanas después de la muerte de Cayetana.

Ahora ha trasladado sus pertenencias a un pequeño local cercano al palacio de la calle Princesa, en el que es probable que no vuelva a entrar nunca más.

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