Por inhabitual, la foto más curiosa del evento era la de la titular de Sanidad con la ex triunfita. Una docena de años se llevan la ministra Dolors Montserrat, de 44, y la eurovisiva Edurne, nacida en Collado Villalba en 1985. Pero la política barcelonesa, natural de San Sadurní de Anoia, cuenta con estilo y atractivo suficientes como para competir con la novia de David de Gea en un evento solidario a favor de las enfermedades del corazón.
La cantante madrileña, ya superados los problemas de su operación de pierna, apostó fuerte para la ocasión: unas botas de caña altísima de Stuart Weitzmann y un modelo bicolor rojo y negro de Another Story. La responsable de la cartera de Igualdad del Gobierno de Rajoy escogió un sencillo vestido blanco de línea evasé por encima de la rodilla. Fue la más minifaldera de las damas protagonistas de la presentación de la campaña La Tribu del corazón, que promueve Telecinco a través de su iniciativa de accion social 12 Meses, 12 causas, en colaboración con la Fundación Pro CNIC y el Ministerio de Dolors. También estuvieron presentes en el acto el conocido cardiólogo Valentín Fuster y el anfitrión. Paolo Vasile. Como es lógico, el capo de Mediaset procura estar siempre en las fotos de propaganda solidaria. La solidaridad hay que enseñarla a los medios...

Este miércoles se jugaba el partido de ida de octavos de la Champions entre el Real Madrid y el Paris Saint Germain y, horas antes del encuentro que ganaría el Real Madrid, una provocadora Edurne (que se ha calzado la camiseta de militante de Telecinco hasta el coxis), proclamaba que "entre el partido y ver Got Talent, no hay color". La novia de De Gea, muy divertida, insistía así a favor del programa en el que trabaja: "No vas a comparar Got Talent con cualquier cosa. Faltaría más…". Otra cosa sería si el novio de la eurovisiva fuera portero del equipo de Florentino en lugar de defender la puerta del United. Sobre si su chico iba a ver el choque o si optaría por ir a buscarla al aeropuerto a su regreso (Edurne viajaba de Madrid a Manchester) se mostró más cauta. Se ha publicado que Mourinho no tiene muchas ganas de perder de vista a su portero y si decidiera venderlo tiene una lista de la compra para el presidente del Real Madrid que incluiría a Isco, Varane y Marco Asensio. Tres por uno. Edurne, tan educada y políticamente correcta, se altera cuando le preguntamos por el futuro deportivo madridista de su pareja: "¿Cómoooo? ¡De eso no tengo ni idea!".
Prefiere hablar de cualquier cosa, incluso de la operación a la que se ha sometido. Ha sido intervenida de un osteocondroma, un tumor de hueso benigno. Todo ha salido bien, a juzgar por la altura de sus tacones, no tan excesivos como los que calzaba la ministra de Sanidad.
Edurne confesaba que tras la intervención está empezando a andar. "Estuve un poco angustiada al principio", reconocía. "Pero luego decidí relajarme y pensé: 'después viene la operación bikini y ya me quejaré'. La operación la tenía pendiente desde hace mucho tiempo, lo que pasa es que nunca veía el momento de hacerla. Tuvieron que cortarme un trozo del hueso que había crecido y quitarlo, ya me dolía porque me estaba tocando el tendón", explicaba.
La cantante, que presta su voz a los spots de concienciación para prevenir las enfermedades coronarias accedió encantada a la llamada del señor que le firma los cheques, Paolo Vasile. Pero además es que el problema le toca muy de cerca. "Desgraciadaemente, hace un par de meses perdí a una persona súper importante que era un amigo y guitarrista de mi banda, precisamente por un problema cardiovascular y fue un golpe durísimo", recordaba.
Edurne, con residencia en Manchester, donde es toda una Wag del máximo nivel, nos sorprenderá el día menos pensado con una noticia muy grata. Al menos eso se desprende de sus palabras. Nunca había hablado hasta ahora con tanta naturalidad de la maternidad; sería por no hablar de fútbol, pero no pudo ser más elocuente. Otra cosa es el matrimonio: "Tampoco creo que tenga que haber una boda antes que los niños. Las cosas llegan cuando tienen que llegar. Y me encantaría hacer mis planes, ser madre", se sinceraba. "Pero no puedo decir cuándo va a ocurrir porque vivo el día a día. Y cuando el día llegue, bienvenidos sean. Las cosas así no se planean", matizaba la novia del guardameta, cuyo salario, muy por encima de los diez millones de libras esterlinas al año, dan para cunas y pañales de sobra.
Para Edurne hace mucho tiempo que no existen los problemas terrenales de otros, como llegar a fin de mes o preguntar por el precio de un vestido que le guste. Por eso, sobre el regalo del día de los enamorados que le había hecho De Gea, decía esto: "En el día de San Valentín prefiero no ser tan materialista, yo más que detalles materiales prefiero hechos y sentimientos. Solo quiero que me regalen dedicación y me hagan sentir querida".