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La agente de Rose McGowan se suicida por la presión del caso Harvey Weinstein

Jill Messick ha decidido quitarse la vida a los 50 años según ha comunicado la propia familia. La ex representante de Rose McGowan (44) tenía depresión desde hace años, pero su enfermedad empeoró tras verse envuelta en el escándalo sobre la presunta violación de la actriz a manos del productor Harvey Weinstein (65).

McGowan declaró al The New York Times que Messick había arreglado el encuentro con Weinstein, que comenzó en un cuarto de hotel. La revelación de su nombre tuvo un efecto negativo en el ánimo de la agente: "Ver su nombre en los titulares una y otra vez, como parte del intento de una persona por ganar más atención para su causa (en referencia a McGowan) junto al desesperado intento de Harvey por defenderse, fue devastador para ella", dicen los familiares en el documento.

Además, sus parientes acusan a McGowan de haber realizado "declaraciones difamatorias en su contra", palabras que Messick, madre de dos hijos, eligió no rebatir por temor a afectar a las victimas de acoso sexual: "Optó por no añadir leña al fuego, permitiendo que su nombre y su reputación fueran mancilladas pese a no haber hecho nada malo. Nunca eligió ser una figura pública, esa elección le fue quitada", alega el texto.

Por otro lado, también arremeten contra Weinstein por hacer público un correo electrónico de Messick sin su consentimiento y alertan a los periodistas sobre su responsabilidad a la hora de informar correctamente sobre estos asuntos.

"Jill fue una víctima de nuestra nueva cultura de compartir información sin límites y una disposición a aceptar declaraciones como hechos. La velocidad a la hora de diseminar información ha conducido a falsedades sobre Jill como persona, algo que fue renuente e incapaz de cuestionar", indican. "Se convirtió en un daño colateral en una de por sí horrible historia", concluyen.

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