La infanta doña Pilar no tendrá como yerno a Luis Miguel Rodríguez, el dueño de Desguaces La Torre, el empresario número 1 de España en el negocio de la chatarra, conocido por su relación con Carmen Martínez-Bordiú.
La supuesta relación de Luis Miguel con Simoneta Gómez-Acebo, la única chica de los cinco hijos de la hermana del rey don Juan Carlos, no fue más que una cena que compartieron en Madrid hace ya más de dos años y que no pasó de ese encuentro, según aseguran por un lado fuentes cercanas a ella como al ex de Bordiú.
Según publicaba El Mundo este fin de semana, el llamado rey de la chatarra (del que dicen que tiene 61 años, cuando sólo ha cumplido 58), y la prima de Felipe VI mantienen una relación especial con discreción y prudencia. "Nada más lejos de la realidad", comentan tajantes desde el entorno del empresario. "Salieron a cenar una noche hace unos tres años, cuando Luismi estaba todavía con Carmen y se conocen porque Beltrán Gómez Acebo, uno de los hermanos de Simoneta, es muy amigo de Luis Miguel, quien conoce a todos los Gómez-Acebo, incluida Simoneta, hace por lo menos 15 años. "Este pasado San Isidro, estaba yo con él en Las Ventas, saludamos a Simoneta en la plaza, y precisamente comentaron que hacía mucho que no se veían. No hay nada de nada", corrobora una persona muy cercana al empresario.
A pesar de sus orígenes modestos, Luis Miguel Rodríguez tiene muy buenas relaciones con empresarios y familias importantes. Uno de sus amigos es Alberto Alcocer, que junto con su primo Alberto Cortina forman la famosa pareja financiera llamada Los Albertos.
También frecuentaba la casa de Carmen Franco, a la que admiraba y respetaba antes, durante y después de romper con su hija Carmen Martínez-Bordiú, y no quiso faltar a su funeral.
En cuanto a su vida sentimental, siempre se declaró un "infiel incorregible", incluso cuando estaba casado con la madre de sus hijos y mientras convivía con la nieta de Franco.
Muchas han sido sus otras acompañantes en los últimos años. Desde Esther Doña, dicen, hoy marquesa de Griñón, hasta la mismísima baronesa Thyssen. Un seductor en toda regla, el único hombre del que Carmen Martínez Bordiú ha estado enamorada de verdad, según asegura ella misma, ahora ennoviada con un joven coaching.