El cierre de la revista Interviú ha dado a conocer a muchos jóvenes (menores de 40) la figura desnuda de Marisol en la portada de la revista fundada por Antonio Asensio. Ha sido precisamente aquel mítico topless publicado en 1976 la imagen elegida por la publicación del Grupo Zeta para despedirse en su número especial. Por entonces, Pepa Flores tenía 28 años pero tras aquel icono de mujer joven y bella (el titular) se amontonaba ya una larga trayectoria artística como niña prodigio del régimen primero y más tarde como símbolo del postfranquismo. En el imaginario nacional de la época están esculpidas sus canciones y actuaciones en películas como Tómbola, o interpretaciones como Corazón contento, imprescindible yoya en blanco y negro en donde, vestida de organdí, convierte en oro y en sensualidad la mítica canción de Augusto Algueró. Parte de su historia y de la historia de quienes la utilizaron sonrojaría hoy al mismísimo Harvey Weinstein. Este domingo Pepa Flores cumple 70 años y una de sus hijas cree que volverá a los escenarios.
Puede que quienes no hayan cumplido los 40 o los 30 años apenas hayan oído hablar de Marisol a sus hermanos mayores o a sus padres. Pero Pepa Flores, madre de María Esteve, fue en la España de los 60 y 70 un fenómeno de masas. Fue Marisol, la niña prodigio de Un rayo de luz, el ángel rubio, juguete del franquismo y de los Goyanes, la mujer que se enamoró apasionadamente del comunismo y el baile sagrado de Antonio Gades, la actriz que encarnó a la Mariana Pineda de TVE. Apareció desnuda en la portada de Interviú como una libertad guiando al pueblo español en la revolución social que este país empezaba cuando Franco fue enterrado. Pepa Flores no quiere ser famosa y desde hace muchos años disfruta de su vida privada pero, a sus 70 años, abre cada día sus ojos azules y hasta canta con su gracia impagable de barriada malagueña.
Nos lo cuenta su hija María Esteve. Marisol, Pepa Flores, "se encuentra estupendamente de salud" y a pesar de su empeño en mantenerse al margen de la fama y vivir por y para su familia, hoy sabemos que volverá. "Estoy segura", dice su hija. "Muchas veces coge la guitarra y se pone a cantar ¡Y cómo canta todavía!", nos decía hace poco.




La hija mayor de Marisol y Antonio Gades se llama María, es actriz, tiene 41 años y está casada desde hace siete con un profesional dedicado a la moda. Vive entre la capital y Málaga, cerca de su madre, Pepa Flores, y de sus hermanas mayores: Celia, cantante, y Tamara, psicóloga.
María declaró a Informalia que vive en Málaga, en el campo, a 20 minutos de la casa de su madre. "La veo todo el tiempo, y a mis hermanas", dijo. "Mi marido viaja mucho y me da igual estar en un sitio que en otro, así que me quedo en Málaga muchas veces".
María es la presidenta de la Fundación Antonio Gades, dedicada a honrar la memoria del gran bailarín con actuaciones de la compañía que su padre creó en su momento y que actúa en todo el mundo. Además de bailar, dedican sus beneficios a ayudar a distintas iniciativas solidarias, entre otras, a jóvenes que quieren bailar.
"Cada pocos años hay una película que se vuelve a poner, un homenaje, que le pintan un cuadro. Y no va casi nunca, o nunca, aunque nosotros se lo pedimos", comenta la actriz. "Pero yo estoy segura que volverá y a lo mejor para echar una mano a mi hermana Celia, que sigue con su carrera de cantante", vaticina. "Volverá. Estoy segura. En casa sigue cantando, muchas veces coge la guitarra y se pone a cantar ¡Y cómo canta todavía!", confiesa.




