La presentadora y sus dos hijas han presentado la tercera temporada de su reality en su mansión de Molino de la Hoz (Madrid). Allí, María Teresa Campos (76) no sólo ha contado cómo fue viajar a Nueva York y Miami sino que también ha confesado cómo ha sido su regreso al trabajo después del ictus y ha opinado sobre la situación de Cataluña: "Por supuesto, estoy en contra del independentismo", ha confesado la matriarca.
El conflicto catalán es uno de los temas más comentados en las comidas y cenas de Navidad, pero también entre los famosos. La novia de Edmundo Arrocet ha sido la última en opinar sobre la situación que vive la comunidad autónoma en una entrevista a El Mundo: "No suma, sino resta. Lo que ha pasado ha sido una cosa muy grave y muy dura, que ha separado a una autonomía de unos de otros, que es lo terrible. Tengo amigos allí que me han dicho casi llorando que han perdido amistades de toda la vida. Creo que esto no tenía que haber pasado nunca y que no ha beneficiado a nadie", ha asegurado la presentadora.

Sin embargo, la periodista muestra la parte optimista del conflicto político: "Una cosa absurda que había, que era resaca de la dictadura... Al principio, la gente que se ponía la banderita decían que era la gente muy reaccionaria o de una derecha antigua. Eso fue un fallo de la izquierda. La izquierda nunca debió dejar que nadie se apoderase de la bandera española. Lo bueno es que ahora somos todos más españoles que antes".
En su charla con los medios, la mayor de las Campos ha contado cómo ha vivido su vuelta al trabajo: "Le pregunté a mi doctora si podía ir en el avión durante mucho tiempo y me dijo que me fuera donde yo quisiera, que sólo tenía que controlarme el primer mes".
Aunque confiesa que al principio, estaba asustada: "Yo me fui con una carpeta con todo mi historial (médico) y esas cosas, porque me horrorizaba que a mí me pasara algo fuera de España. Pero eso lo he hecho por irme con toda la tranquilidad del mundo, porque no tiene por qué pasarme. Yo, seguramente, estoy más controlada que nadie", ha confesado María Teresa.