La explicación de por qué Ana Boyer vistió un traje transparente para su boda es que quería mostrar su Thigh Gap o triangulito entre las ingles, o espacio entre los muslos, como podíamos traducir en español, menos cool pero más fácil para entendernos.
Fue la moda más peligrosa entre las adolescentes en el año 2013 y ahora el polémico vestido de Ana Boyer vuelve a sacarlo a la palestra. Ana Boyer lo mostraba en su boda con su vestido de novia de encaje. Un vestido muy comentado por sus transparencias considerada como inapropiada para una ceremonia por la iglesia que pretendía ser tradicional y que contaba con un cura importado expresamente desde España para la ocasión.
Los ojos se van al pubis de Ana y a la separación entre sus piernas. En una de las imágenes, al trasluz, se pueden ver las delgadísimas extremidades de la protagonista del reportaje, con unos muslos tan separados como los de Ana Obregón, otra figura española con un Thig Gap considerable.
No lo tienen ni lo han tenido Beyonce, ni Jennifer Lawrence, ni por supuesto Rihanna, quien antes de engordar pasaba por tener uno de los mejores pares de piernas del universo. A veces, para realzar el thigh gap en los selfies solo hay que recurrir a una buena iluminación y una postura adecuada. Tenerlo o no tenerlo y que sea de mayor o menor tamaño es lo de menos, lo malo es la obsesión por mostrarlo.
Los médicos llegaron a advertir que no es preciso llegar a una delgadez enfermiza para poseerlo. Obedece a muchos factores. La existencia de ese hueco con el que soñaban las jóvenes hace cuatro veranos obedece no solo a la existencia de grasa o al tono muscular, sino también a la complexión física. Y también a la edad. Según publica Playground Mag, en un artículo que alerta sobre el tema. "Cuando una niña inicia el periodo de la pubertad, sus caderas se ensanchan y las piernas quedan separadas, y así se forma un espacio entre los muslos que se vuelve a llenar de manera progresiva. A medida que la cadera aumenta de tamaño, las piernas se juntan de nuevo y, tarde o temprano, la separación desaparece del todo". El thigh gap sería entonces un anhelo de conservar la figura de la adolescencia más temprana.

La ventaja de tener las piernas separadas, algo que antiguamente se consideraba un defecto, es que no se rozan al caminar, un problema que atañe en verano a la gente con obesidad o con los muslos muy juntos. Nos quedamos sin saber si Isabel Preysler lo tenía o no en sus tiempos mozos. Probablemente sí. Siempre fue muy delgada por naturaleza y comparte la misma estructura ósea con su hija menor. Aunque a la edad, de Ana Isabel mostraba unos saludables mofletes. No debía parecerle de buen tono mostrar el triangulito porque solía cubrir siempre en los posados veraniegos en bikini sus muslos con un pareo de diversos colores. Tenía las clavículas marcadas, como Ana, pero sus hombros eran más sensuales y carnosos.También tenía menos pecho.

Dicen que la socialité es una maestra en mover el tenedor sin comer mucho, otros cuentan que su delgadez es constitucional y otros que la han visto degustar platos de cuchara hipercalóricos sin dejar nada. Ella dice que se cuida mucho. ¿Es una pose? Parece ser que no… Los invitados a la boda se quedaron con hambre con las escasísimas raciones que se sirvieron. Y no es porque fuera todos a por el Thigh Gap.
