Por fin han visto la luz las imágenes del enlace entre la hija de Miguel Boyer y el tenista, que se dieron el "sí, quiero" el pasado 7 de noviembre en la isla de Mustique ante 60 invitados. Aseguran que la revista Hola, revista de cabecera de las Preysler, ha pagado 100.000 euros por 'colarse' en la pequeña iglesia de bambú en la que un sacerdote de Burgos unió a la pareja en santo matrimonio y contar los detalles que aún se mantenían ocultos.
Por ejemplo, el vestido de la novia, Ana Boyer, un diseño de Pronovias de palabra de honor y escote corazón, línea sirena, cola de dos metros y manguitos de los que brotaba un velo de tul de tres metros. Con joyas de Suárez en cuyo diseño participó ella misma y un semirecogido adornado con una diadema floral. Su hermana Tamara, una de sus damas de honor, diseñó su propio vestido rosa con gasa, plumas y corona floral de Mimoki mientras que su madre, Isabel Preysler, derrochó elegancia con un vestido verde agua bordado con grandes flores con hilos de seda en plata, paillettes, cristales y perlas, de Georges Hobeika Couture, y joyas de Rabat. Ambas ayudaron a Ana a vestirse pero fue Julio quien la acompañó al altar: "Me emocioné al ver a Fernando y él me dijo que iba muy guapa", ha confesado la feliz novia.
Se intercambiaron unas sencillas alianzas doradas ante sus testigos, entre los que se encontraba Feliciano López, y tras la ceremonia abandonaron la iglesia en un pequeño Fiat 500 descapotable conducido por el propio Verdasco mientras que el resto de la comitiva les seguía en carritos de golf. En el banquete se sentaron en dos largas mesas de 30 comensales cada una, familias y amigos mezclados, y disfrutaron de un vichyssoise, langosta y un guiso de marisco con arroz, además de una tarta de tres pisos sin figuritas que los propios novios cortaron. En el baile, que se abrió con Perfect de Ed Sheeran, un DJ.

Lo que no ha contado Hola es que algunos de los invitados tuvieron que compartir habitación obligatoriamente, ya que los novios no habían alquilado suficientes villas (siete para 60 personas); que la comida fue más bien escasa (muchos echaron de menos el famoso cocido especialidad del restaurante de los Verdasco) y que Juan Carmona, entre otros, soñó con marcarse un flamenquito y un 'zapateao' entre tanta música enlatada. Así lo ha asegurado La Vanguardia, que afirma también que Isabel Preysler acaparó más protagonismo que la propia novia y que tras acompañar a su hermana al altar, Julio José Iglesias hizo mutis por el foro y no se le vio el moño en toda la noche. Además, se sugirió a los invitados que se abstuvieran de hacer fotos indiscretas. Tan sólo Tamara y Feliciano se han atrevido, cuatro días después de la boda, a mostrar su escapada caribeña en Instagram.