El magnate estadounidense de origen judío nacido en Budapest cumplió el pasado 12 de agosto 87 años pero se encuentra en plena forma. Casado en terceras nupcias con una 'jovencita' de 40 años, siempre está en los primeros puestos de la lista Forbes de los más ricos del planeta, con una fortuna estimada por encima de los 20.000 millones de euros. Ahora salta a los titulares por su generosidad, un gesto que contrasta con su apego al dinero en otros aspectos de su vida.
El presidente de Soros Fund Management y fundador de Quantum Fund es conocido por ser el hombre que provocó la quiebra del Banco de Inglaterra el 16 de septiembre de 1992. Aquel episodio fue bautizado como el miércoles negro. El especulador de origen húngaro obtuvo unas ganancias de unos 1.000 millones de dólares y produjo pérdidas al Estado inglés por valor de unas 3.400 millones de libras esterlinas.
Ahora el multimillonario es noticia porque ha decidido donar las tres cuartas partes de su inmensa fortuna a su fundación, dedicada a ayudar al maltrecho partido demócrata tras la derrota de Hillary Clinton contra Trump. Curiosamente, el inversor saltó no hace mucho de las páginas salmón a las de color rosa por su batalla legal contra su penúltima mujer, una actriz brasileña de telenovelas, por una nimiedad de dinero si lo comparamos con las cifras interestelares que maneja el conocido especulador.

Soros está casado en la actualidad con Tamiko Bolton, su tercera esposa, a la que dobla la edad. El matrimonio tuvo lugar en Nueva York hace cuatro años. Tras un breve romance, el millonario pidió matrimonio a Bolton durante una visita de fin de semana a los Hamptons, el lugar de veraneo de los neoyorquinos de clase alta. Se trata del segundo matrimonio para Tamiko, que estuvo casada durante los años 90. Soros tiene cinco hijos de matrimonios anteriores.
La impresionante generosidad del magnate que lleva a cabo esta donación contrasta con su aparente tacañería hacia su anterior mujer en su proceso de divorcio. La guerra judicial entre George Soros y la brasileña Adriana Ferreyr (34) inundó los tabloides por la batalla legal que vivieron la estrella de las telenovelas y el potentado financiero. Soros dio órdenes de pelear por cada centavo después de que la joven actriz rechazara el acuerdo de casi 7 millones de dólares que le ofreció eel magnate para poner fin a la demanda de divorcio. Abajo, en la playa, cuando se amaban.
Ferreyr luchó durante años para que su ex marido millonario cumpliera su promesa de comprarle un apartamento en el Upper East Side de Nueva York, valorado en 1,9 millones de dólares (1,4 millones de euros). Ni que decir tiene que lo que encendió la ira de la brasileña fue que el apartamento soñado recayera en Tamiko Bolton, la actual esposa del magnate.


Ferreyr acusóo a Soros de haberle "pegado con una lámpara" en 2010 y le solicitó una compensación económica de 50 millones de dólares, una cantidad elevadísima para la mayoría d elos morales pero una nimiedad para alguien que decide donar 15.000 millones a una causa política.
Soros prefirió no pagar y contraatacar a su ex brasileña con un demanda en la que aseguraba que fue ella quien le "golpeó con la lámpara". Ganó, pero la demanda de Ferreyr por las acusaciones de violencia siguen en marcha.
Para los republicanos norteamericanos en general y en concreto para Donald Trump, George Soros es la personificación del demonio liberal y sus élites. Y más ahora que pone el 80 por ciento de su fortuna a trabajar contra la derecha americana y en favor de sus aliados políticos. Imagen de la actriz brasileña, ex de Soros, este año en el Festival de Cannes.
