Es más que improbable que Cayetana Rivera Martínez de Irujo tenga graves problemas para ganarse la vida, aunque no sea capaz de brillar como estudiante y pase de empollar para sacar la selectividad. Eso lo supimos mucho antes de que llegara este 16 de octubre de 2017 en el que ha alcanzado su mayoría de edad.
En junio acabó segundo de bachillerato en un centro privado próximo al Opus Dei. Pero se formó en el Colegio Británico, el mismo en el que estudian sus primos medio 'mexicanos', Amina y Luis. Además, pasó un año en el Reino Unido, en el internado Marymount International School. Tana habla inglés bien pero prefiere lo español. Eso le hubiera encantado a su abuela Carmina.
Por desgracia, la madre de su padre solo la conoció hasta los cuatro años y pico. Pero la otra abuela, la duquesa de Alba, sí pudo disfrutar de esta nieta guapa y resuelta, su favorita, aseguran. Cayetana tiene éxito con los chicos y sale con uno desde hace dos años. De Carmina ha heredado un pelo negro que huele a belleza. De doña Cayetana heredará mucho más que el nombre: su madre, duquesa de Montoro, le aporta sangre azul como para pintar un cielo. Tana podrá ser pintora, diseñadora, influencer, modelo, vendedora de exclusivas, ganadera, lo que ella quiera... De todo hay en su sangre poderosa, noble y torera. Pero sus padres se inclinan por que se apunte en una escuela de negocios, estilo Froilán, al que conoce, por cierto.
Para Tana, como la llaman familiarmente, el Palacio de Liria es el lugar al que volver cuando sale de fiesta; y se escapa a La Pizana, la finca sevillana que su madre recibió como regalo de la duquesa de Alba. La capital andaluza es para ella un cortijo, un pedestal para esta descendiente de los Rivera, de los Ordóñez, de los Dominguín, de los Martínez de Irujo, de los Fitz-James Stuart.
Triana, la calle de la Princesa, Ibiza, Marbella. Los escenarios de Tana son variados y bonitos, llenos de arte, de personal de servicio, de fotógrafos que persiguen a papá o a mamá o a su familia entera. Es muy taurina y adora Ronda, la Feria de Abril y el Rocío. Pero también disfruta de los veranos de Ibiza con su amiga, su madre y Narcís Rebollo, con quien está encantada.
Lo de sus padres pudo ser una anécdota, pero Tana es la prueba viviente de que valió la pena, a pesar de que aquella pasión fuera tal vez un simple capricho de juventud. El de su madre, por estar con un torero guapo, aunque no fuera el que más amó; y el de su padre, el de emparentar con la aristocracia de verdad, la que le permitió unirse la saga Alba en la Catedral de Sevilla, ante Dios y otros 1.500 invitados, incluidos los duques de Lugo.
Pero el torero y la duquesita duraron casados menos que un caramelo en la puerta de un colegio. Es un decir: fue de 1.998 a 2.002. Apenas tres años de un matrimonio que reventó por varias razones, como por ejemplo, porque papá Francisco era entonces un católico devoto del engaño, o esclavo del deseo, según se mire. Llegaron luego las novias de papá, los novios de mamá... Tana ha crecido a la sombra de las portadas y los programas de televisión, los mismos en los que trabajó su abuela Carmina o ahora su padre, con la coleta cortada, la de hacer faenas en el albero. Tana no se asusta de los flashes y las cámaras, seguramente. Sabe que una parte de su familia ha vivido, vive y vivirá en parte de vender su vida de colores.
Gonzalo Miró la paseaba como si fuera su tío cuando salió con Eugenia. Ahora Tana es la sobrina de la presentadora y modelo Eva González, la mujer de su tío Cayetano, el torero que se recupera de la última cornada. El otro tío Cayetano lo dejó con la tita Genoveva, la madre de sus otros primos primos, y ahora sale con un chica que podría ir de fiesta con Tana. El amor no tiene edad. Su tía Lourdes Montes le ha regalado una hermanita, Carmen, por la que bebe los vientos. No hemos de olvidar que Kiko Rivera Pantoja también es su tío... Su familia podría hacer un millón de Holas, infinitos Selvamés.
El nombre de Tana destacó en los medios cuando sus padres se enfrentaron por su custodia. Francisco Rivera vivía en Madrid y se mudaba a Sevilla, por lo que solicitó la custodia de la menor. Era el año 2012 y hubo un antes y un después de Fran y su amistad con la duquesa de Alba, la abuela. Se llevó bien con ella después de dejarlo con Eugenia. Pero con la custodia de Tana los Alba hicieron piña y los abogados de la duquesa de Montoro apretaron en el tema de las visitas, las vacaciones y esas cosas. La Audiencia Provincial de Madrid le quitó la razón al torero. Tana seguiría viviendo con su madre, que mantendría la guarda y custodia. Cayetana era una niña de 13 años, en el comienzo de la adolescencia, y tuvo que responder delante de un juez preguntas relacionadas con sus padres. Los 18 años llegan en un buen momento de respeto entre todos. Lo importante es la niña, toda una mujer ya.
Con su padre y su tío Cayetano Rivera en el albero de Ronda
Con su madre y Narcís Rebollo este verano en Ibiza
Con Susanna Griso, en la despedida de su padre, en Ronda

