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Ágatha Ruiz de la Prada desmiente su paso por quirófano: "Sólo he adelgazado"

La diseñadora ha acudido a un encuentro con los medios de comunicación por un desfile de moda este jueves y se ha mostrado alegre y dicharachera por primera vez desde que su divorcio de Pedro J. Ramírez: "Estoy mucho mejor", ha asegurado.

Vestida de verde y rojo y con un nuevo corte de pelo muy favorecedor. Así ha reaparecido Ágatha Ruiz de la Prada (56) este viernes durante un encuentro con los medios de comunicación. La diseñadora, que presenta un desfile de moda, se ha mostrado muy amable y divertida al ser preguntada por el supuesto retoque estético que se habría realizado para lucir más joven: "¿Me lo ves? No, es mentira, sólo he adelgazado un poco, bueno, bastante. Mitad voluntario y mitad involuntario". Las informaciones sobre un posible paso por el quirófano surgieron a raíz de unas fotografías tomadas el pasado mes de enero en el cumpleaños del ex Embajador de Estados Unidos en Madrid, Jaime Costos.

Además, la ex mujer de Pedro J. Ramírez ha desvelado que no existe ninguna relación con el padre de sus hijos, con el que firmó su divorcio hace apenas dos semanas: "Ni cordial ni no cordial. ¿Amistad? No, imposible", ha dicho tajante.

El periodista y la diseñadora pusieron fin a su vida en pareja a comienzos del otoño, cuando el director de El Español le comunicó a su esposa que estaba enamorado de otra mujer, tal y como adelantó Infomalia. Ágatha y Pedro J. se habían casado el pasado mes de junio, en una discreta ceremonia con la que legalizaban una relación de años y después de dos hijos en común.

A petición de la diseñadora, Pedro abandonó el domicilio familiar que compartía con Ágatha y sus dos hijos, y desde entonces vive con su novia, la abogada Cruz Sánchez de Lara, primero en casa de ella y desde hace semanas, en un piso que han comprado en el barrio de Salamanca.

En el proceso de divorcio, Pedro J. ha sido generoso con Ágatha Ruiz de la Prada, dispuesto a darle todo lo que fuera necesario y queriendo evitarle sufrimientos, como aseguró tanto a sus hijos como a los abogados. Por su parte, Ágatha ha llevado la separación con tristeza y con un fuerte shock físico y anímico; y a pesar de las buenas intenciones de su ex marido, no ha querido firmar los últimos documentos con los que los dos recuperaban su libertad, hasta ver con claridad el reparto patrimonial.

Ágatha se queda con la casa de Mallorca en Costa de los Pinos y con la vivienda familiar del madrileño Paseo de la Castellana, pero quería que pasara a nombre de sus hijos Tristán y Cósima y hasta que no han acabado esos trámites no ha querido firmar el divorcio. Con este punto final, Ágatha quiere mirar hacia adelante y emprender una nueva vida social, personal y profesional.

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