Hacía tiempo que no veíamos en Madrid a Jacqueline de la Vega, la modelo mexicana que ha pasado toda su vida en España, donde se hizo famosa no sólo en las pasarelas, también como presentadora de televisión de muchos programas producidos por José Luis Moreno.
Jacqueline estuvo casada 13 años con el empresario Cris Lozano, propietario de locales y discotecas tan famosos como Archy y el ¡Oh Madrid! de la carretera de La Coruña, y tío de Óscar Lozano, pareja durante años de Carmen Morales, la hija de Rocío Dúrcal, con quien Carmen tuvo a su único hijo.
Después, la mexicana, que en enero cumplió 57 años, creó su propia línea de moda y trasladó su residencia al otro lado del mundo, a la isla indonesia de Bali, donde se estableció con su nueva pareja, el empresario vasco Josu Fernández. Después de muchos intentos para ser madre, Jacqueline consiguió mediante fecundación in vitro, traer al mundo a Iker, que ha cumplido ocho años.
El matrimonio se rompió en 2012, pero Jacqueline mantiene una relación tan buena con los hombres de su vida que tiene un restaurante en Bali en el que está asociada con su ex, Cris Lozano. Y también sigue unida como empresaria a su segundo ex marido, Josu, en los hoteles que han abierto juntos en aquella paradisíaca isla del Pacífico.
Jacqueline está estos días en Madrid acompañada del nuevo hombre de su vida, Javier Ruiz Olmeda, un malagueño al que conoció en Ibiza hace unos meses y con el que ya proyecta un negocio de moda y complementos de piel en Bali. De la Vega ha encontrado la fórmula perfecta para combinar amor, rupturas y negocios, sin morir en el intento.