El escritor ha celebrado su 81 cumpleaños con una fiesta folclórica celebrada en su ciudad natal, Arequipa (Perú). Acompañado por su novia, Mario Vargas Llosa ha soplado las velas ante 40 invitados en la picantería La Nueva Palomino, donde han agasajado al novelista y a su chica, Isabel Preysler (66).
Como se aprecia en las imágenes, la reina de corazones y su enamorado se lo han pasado en grande y han disfrutado de un bonito festejo, que ha servido como la carta de presentación de Preysler entre los amigos y familiares de Vargas Llosa. Y es que se trata de la primera vez que la reina de corazones visita el país de su pareja.


Aprovechando su estancia en la ciudad que le vio nacer, el Nobel quiso tener un detalle con sus paisanos y ha donado 7.000 libros y revistas de su biblioteca personal al centro cultural que lleva su nombre.


Sin embargo, no todo es felicidad. Lo cierto es que su visita no ha agradado a algunas personas de la alta sociedad limeña, que han asegurado a Informalia que no tienen la menor simpatía por Vargas Llosa, como consecuencia de sus declaraciones políticas, con las que no comulgan, aunque sí reconocen sus méritos literarios.
Parte de la buena sociedad peruana le ha dado la espalda estos días porque las simpatías de sus antiguos conocidos se inclinan por el bando de su ex mujer, Patricia Llosa, quien por cierto ha preferido desaparecer estos días del panorama social. Muchos de los amigos que tenían el Nobel y su esposa consideraron una afrenta la repentina ruptura del matrimonio a causa de Isabel Preysler y que ahora Mario pasee por la capital a su amante.
Opinión que no comparte Álvaro Vargas Llosa, el hijo mayor de Mario y Patricia, puesto que acompañará en todo momento a su padre y a Isabel en este viaje de gran calado sentimental y personal para Mario y su novia filipina.