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Felipe González comió con el duque de Alba en el Palacio de Liria

  • El ex presidente fue muy amigo de Cayetana

El Palacio de Invierno fue entre 1732 a 1917 la residencia oficial de los zares (hoy es la sede del Museo del Hermitage de San Petersburgo). El ataque al palacio en 1917 se convirtió en icono de la revolución socialista en Rusia. En Madrid, también en el siglo XVIII, se construyó otro palacio, el de Liria. Pero, a diferencia de los bolcheviques, cuando en octubre de 1982 los socialistas llegaron al poder, Felipe González no solo no invadió el edificio privado más grande de Madrid sino que contó con el voto de la dueña de la parcela, que adoraba al joven político sevillano. Hace días, Carlos Fitz James-Stuart invitó a almorzar en el palacio de Liria a Felipe González, que regresaba así este invierno a la fabulosa mansión de los Alba, en la que un día hubo enmarcadas imágenes suyas junto a la duquesa en alguna de las 200 estancias.

Cayetana tenía debilidad por Felipe González y en el año 1982 contribuyó en las urnas a hacerle presidente del Gobierno con 202 diputados del PSOE en el Congreso. En los salones del palacio de Liria, distintas fotos personales de la aristócrata con el líder socialista daban muestra de la amistad profunda que llegaron a tener a lo largo de los años y de la que la Cayetana alardeaba públicamente: "Felipe era simpatiquísimo y atractivo y tenía un gran carisma. Siempre me he llevado muy bien con él, aunque ahora nos vemos menos. Fue un gran político. Puedo decir que en su momento voté a Felipe González", confesaba en su autobiografía.

Mientras estuvo en el Gobierno, y cuando dejó la primera línea política para dedicarse a diseñar joyas y a sus asuntos privados, el ex presidente nunca dejó de ser uno de los invitados favoritos en la residencia palaciega de los Alba en los números 20 y 22 de la calle de la Princesa. Por contra, durante el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero, la duquesa no dudaba en criticar en voz alta al nuevo inquilino de Moncloa y a sus medidas de Gobierno.

En 2011, cuando González fue nombrado hijo predilecto de Sevilla, la duquesa llevó a la ceremonia un llamativo collar de azabache, regalo de su amigo Felipe. Votante socialista y monárquica sin fisuras, así era Cayetana, pero no sus hijos; ni mucho menos Carlos, el heredero del título. Es un hombre conservador en lo político y en lo social, el polo opuesto de su madre.

Sin embargo esta pasada Navidad, Carlos Fitz James-Stuart invitó a almorzar en el palacio de Liria a Felipe González, que regresaba así a la mansión de los Alba. Fue el suyo un almuerzo muy reservado al que sólo asistieron tres invitados más, sólo hombres, y ningún otro miembro de la familia.

El duque de Alba considera sin duda que Felipe González, fuera ya de la militancia activa, se ha convertido en un personaje respetado por toda la clase política al que conviene sentar en tu mesa. No teme Carlos ser tachado de progresista por los sectores más rancios de la aristocracia a la que pertenece.

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guardame un cachorro...
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menudos dos....

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