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Enrique Cerezo, el Rey de la Peineta: la otra cara del presidente Atlético

  • Es el empresario de moda

Enrique Cerezo es el presidente de moda a pesar de en la Liga su equipo no va bien: está de estreno en este 2017. Los Reyes Magos le han traído el estadio de La Peineta. Y el Atlético de Madrid puede empezar a jugar allí la próxima temporada después de que el Gobierno regional aprobara el penúltimo día de 2016 el cambio de titularidad del suelo, que pasa de dotacional deportivo público a privado. O sea, el Consejo de Gobierno ha entregado al club que preside Enrique Cerezo uno de los mejores regalos que un empresario pueda soñar. ¿Pero quién es este peliculero que convierte en suelo privado edificable todo lo que toca?

Llamar peliculero a Enrique Cerezo no debe sonar peyorativo ya que el presidente del Atlético de Madrid gestiona tres cuartas partes del cine español, 7.000 largometrajes, y firmó el pasado año junto a José Frade el contrato de diez millones de euros con RTVE para los títulos de Historia del Cine español, el programa de La 2.

Enrique Cerezo no quiere saber nada de jubilarse y eso que están a punto de caerle 69 años y es un abuelo de los que ejerce con sus nietos. Lo primero que hace con ellos es inscribirlos como socios del Atlético de Madrid. "Todos mis hijos y mis nietos son socios", ha declarado muchas veces Cerezo. El empresario pasa si puede con su mujer y los suyos los fines de semana en la finca la Granjilla, en San Martín de Valdeiglesias, donde contrajeron matrimonio todas ellas. 

Lucía, una de sus hijas (en la imagen, en su boda hace dos años), es responsable de marketing en una empresa española, Espacio Rack, dedicada a vender infraestructura, y Raúl es el fundador de la plataforma de vídeo Tucut. Al igual que sus hermanas, Lucía es discreta y mantiene una vida social de perfil bajo de cara a los medios. Para dar la cara está papá Cerezo, el abuelo Cerezo, o sea, el presidente del Atlético, que contesta a todo.

Por ejemplo, Cerezo, asegura estos días que Simeone tiene contrato en vigor con los rojiblancos, y no quiere saber nada sobre los rumores que colocan al argentino en Milán. También dice que la posición del Atlético en la Liga mejorará, y recuerda cuando puede que su equipo vive la mejor época de su historia. No le falta razón.

Pero también es otro empresario que se cruzó con la justicia por culpa del dichoso ático de Ignacio González en Marbella, aquella ciudad que dirigió otro presidente atlético, predecesor de Cerezo y germen icónico de la corrupción.

Enrique Cerezo, inocente mientras no se demuestre lo contrario o mientras el delito prescriba, no es tan ostentóreo como el desaparecido e inolvidable Jesús Gil, pero alguna de sus frases está a la altura: "Esto empieza a ser el vaso que colma la gota de agua".

Enrique Cerezo  nació en Madrid el 27 de febrero de 1948 y pasó la infancia en Segovia porque era hijo de ferroviario. En 1971 empezó en el cine como ayudante de cámara en Vente a Alemania, Pepe, de Pedro Lazaga (con Alfredo Landa, Tina Sáinz y José Sacristán), función que también desempeñó en el programa televisivo 300 millones. Le atrapó el mundo del celuloide de tal manera que en 1974 se colocó detrás de la cámara para dirigir La sonrisa del sol: Almería. Le dejó huella aquella tierra, un corto de 11 minutos. Le marcaron aquellos parajes y aquellos escenarios bendecidos por el astro rey que convirtieron esa esquina de España en referencia del cine mundial.

Hoy gestiona el 75 por ciento del cine español y es propietario de los derechos de más de 7.000 cintas; más de la mitad, películas españolas, y 2.500, italianas. Es suyo el neorrealismo de Rosellini, Visconti o De Sica. Una gran mayoría de los 690 filmes que emite a diario La 2 en Historia de nuestro cine es suya, también de José Frade, el ex marido de Norma Duval. El contrato asciende a diez millones de euros y cada pase son 15.000. Ha producido 32 películas desde el año 2000. La más reciente, Los últimos de Felipinas, ha sido uno de los mayores éxitos de taquilla del año. Suyos son el Canal 8 de televisión, y Mercury Films, y suyo el negocio que hizo con Telemadrid cuando el canal autonómico disparaba con pólvora del rey, produciendo programas con Boomerang, suministrando películas y administrando la publicidad; todo lo cual le reportó pingües beneficios y 230 millones para el Atlético de Madrid. Otra vez la sombra del predecesor de Cristina Cifuentes se le aparece.

Cerezo madruga, procura no perderse las sesiones de gimnasio, "para mantener", y dedica cada día 14 horas al trabajo. Fueron los amigos quienes le condujeron hasta el fútbol; algunos jugaban en el Atlético y fue entonces cuando conoció a Vicente Calderón, el mítico presidente que bautizó al estadio del Manzanares pero cuyo nombre desaparece en el de la Peineta.

Hace cuatro años que preside el Atlético, habla con todo el mundo, atiende a quien le reclama, acude a cuantos actos le invitan, si sus obligaciones laborales se lo permiten, y aunque no da una noticia, ha dejado frases para la posteridad. Consecuencia de la confusión o del ingenio, algunas son desternillantes. Al presentar al técnico Goyo Manzano, quizá estaba pensando en George Clooney, director de Buenas noches y buena suerte, y comenzó así: "Buenos días y buenas tardes a todos".

Dado que la mítica Bienvenido Mr. Marshall forma parte de su filmoteca, acaso le traicionó el subconsciente y le vino la imagen del gran Pepe Isbert, en aquel balcón del ayuntamiento de Guadalix, dirigiéndose a sus vecinos: "Como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación y esa explicación os la voy dar". Cerezo, a propósito de la necesidad del Atlético para reforzar el equipo: "Tenemos un pequeño problema, y ese pequeño problema es que no hay dinero". Es tan peculiar que con las declaraciones intrascedentes arrasa. Le preguntan y responde sin titubear: "¿Que de qué hablamos en la comida de las directivas? Pues hablamos de mujeres, como siempre". Y sin pensar lo que dice: "Se nos da bien jugar partidos en el extranjero; hoy en Mónaco, la otra vez en Hamburgo, la final en Barcelona...".

Cuando el juego del equipo aburría a las ovejas, defendía al entrenador de esta guisa: "Quique (Sánchez Flores) terminará la temporada porque quiero yo y porque es sobrino de Lola Flores". Otras frases suyas memorables: "En el Atleti no hay bicefalia, hay dos personas (Gil Marín y él) que trabajan mucho".

"¿Puede ser el Atlético campeón de Liga? Peores cosas se han visto".

Para septiembre de 2017 está prevista la inauguración del nuevo campo del Atlético: "La Peineta va a ser un gran estadio, el mejor del mundo por lo menos, el año que se inaugura"

Sobre fichajes:

"Vamos a intentar fichar un cerebro o uno que no sea tan cerebro pero que juegue bien".

"Yo bastante tengo con enterarme de si es gol o no, o fuera de juego, como para fijarme si un jugador es bueno o malo".

Sobre el sentimiento rojiblanco:

"Ser del Atleti tiene una ventaja, da pocas satisfacciones, pero muchas alegrías".

"¿Una manifestación en nuestra contra? Deberían manifestarse para darnos las gracias".

"Esto empieza a ser el vaso que colma la gota de agua".

"Somos un equipo con la cabeza en el suelo".

No todo fueron siempre títulos y aplausos en su carrera hacia al palco del Atlético: El 28 de mayo de 2003, en lo que algunos llamarían los albores de la nueva era de corrupción, Jesús Gil y Gil, inhabilitado, se vio obligado a dimitir de la presidencia del Atlético de Madrid. Enrique Cerezo heredó el trono, viciado hasta el infinito y más allá. Poco a poco, temporada a temporada, partido a partido, título a título, rescatado de la ignonimia, se fraguó aquella jugada maestra de cómo comprar un club de fútbol por 2.000 millones de pesetas sin soltar ni un céntimo. Anque todavía quedan huellas del delito.

Queda reflejado en este descriptivo párrafo de la sentencia emitida por la Sala de lo Penal, Sección Primera, de la Audiencia Nacional: "El 30 de junio de 1992 Jesús Gil dirigió una carta al Banco de Vitoria, expresando que, habiéndose procedido en aquella fecha a firmar escritura de la cesión de la totalidad de los derechos de transferencia de los jugadores profesionales de la plantilla del Club (Atlético de Madrid), rogaba, en su calidad de presidente de la Sociedad Anónima Deportiva (SAD, se sirviesen transferir a la cuenta corriente abierta a nombre de Jesús Gil en la sucursal la cantidad de 1.300.000.000 pesetas. El propio Jesús Gil en la misma fecha ordenó al Banco de Vitoria entregar esa cantidad a DORNA, con cargo a la cuenta abierta a Jesús Gil. Paralelamente y a fin de que el desembolso de Enrique Cerezo tampoco fuese efectivo, Jesús Gil dirigió otra carta fechada el 3 de julio de 1992 al Credit Lyonnais, expresando que el 30 de junio se había firmado escritura de la cesión de la totalidad de los derechos de transferencia de los jugadores profesionales de la plantilla del Club, y que rogaba, en su calidad de presidente de la SAD, se sirviesen transferir a la cuenta corriente que Jesús Gil mantenía en la sucursal la cantidad de 650.250.000 pesetas. Al mismo tiempo, Jesús Gil rogó a la entidad bancaria la transferencia de la indicada suma a la cuenta de Enrique Cerezo, en concepto de adelanto para la compra por Jesús Gil de las acciones que Enrique Cerezo había suscrito.

El abono fue efectuado con fecha de valor 3 de julio de 1992, lo que permitió que con fecha 6 de julio Enrique Cerezo cancelase el préstamo. Fechado el 30 de junio de 1992, Jesús Gil y Enrique Cerezo habían suscrito un documento privado en el constaba que el primero compraba al segundo por 675.000.000 de pesetas las acciones que el segundo había adquirido. De esta manera Jesús Gil llegaba a ser propietario del 95% de las acciones, sin haber hecho él o Enrique Cerezo la aportación efectiva de 1.300.000.000 pesetas, por un lado, y de 650.255.200 pesetas por otro, correspondientes a tal desembolso, y ello gracias a las deudas cuyo reconocimiento había logrado, pese al compromiso que en su día había asumido de no reintegrarse más que con cargo a beneficios".

El 14 de febrero de 2003 fue comunicado el veredicto, que libraba a los procesados de ingresar en prisión porque el delito había prescrito. El último conflicto en el que se ha visto inmerso es por el ático de Estepona de Ignacio González, el expresidente de la Comunidad de Madrid. Declaraciones a El País del comisario del Cuerpo Nacional de Policía José Manuel Villarejo: "La actuación del denunciado responde a una huida hacia adelante, una maniobra tendente a distraer la realidad de los hechos que se investigan fruto de una información que se recibió en la Dirección Adjunta Operativa, de que el señor González habría percibido presuntamente, como pago de una comisión ilegal, el ático sito en Marbella, Urbanización Alhambra del Golf, que previamente habría sido adquirido por un testaferro llamado Rudy Valner y que las comisiones rogatorias, aún pendientes de recibir, acreditarían que el día antes de enviar el fiduciario el dinero, justo la misma cantidad la habría recibido de otra cuenta, cuyo titular es un afamado empresario vinculado al mundo del fútbol". Y señala a Enrique Cerezo.

Hay varias fechas marcadas en el almanaque del presidente rojiblanco, uno de los principales productores de la cinematografía española contemporánea y desde 1998 presidente a su vez de EGEDA, sociedad que agrupa a los productores españoles y a varios hispanoamericanos. Mientras anduvo a la sombra de Gil y Gil le salpicaron todos los escándalos menos los de Marbella. En foros rojiblancos, aún le persigue el fantasma de la Sociedad Anónima Deportiva, a pesar de que bajo su mandato, y con Miguel Ángel Gil Marín en la sombra, el Atlético ha empezado a recuperar parte de todo el brillo que perdió durante la fatídica época del gilismo. El romance entre Cerezo y el Atleti empezó a resplandecer el 12 de mayo de 2010 cuando, con Quique Sánchez Flores en el banquillo,se ganó la final de la Liga Europa al Fulham en Hamburgo.

Desde entonces, el equipo que acaba de ganarle el Derby al Madrid en su casa, el único que persigue al Barça de Luis Enrique, aunque sea a distancia y defendiendo, ha amasado 7 títulos, sin contar el de la Intertoto en 2007: dos Ligas Europa (2010 y 2012), dos Supercopas de Europa (2010 y 2012), una Copa del Rey (2013) y una Liga y una Supercopa de España (2014). Además de las finales de la Liga de Campeones perdidas con el Real Madrid en Lisboa (2014) y Milán (2016).

Pero cuando pintan bastos, cuando los resultados son adversos, Cerezo aguanta en el palco el chaparrón de insultos "de los de siempre", como él dice, o responde con una "peineta", como hizo en Vallecas (como la imagen de arriba) A pesar de que, como reconoce algún aspirante a comprar el club, Cerezo ha avalado cerca de 120 millones de euros, no puede evitar que le recuerden el pasado o que le critiquen cuando el presente se tuerce. Él no desmiente la fortuna que ha prestado al Atlético. En casa carga con esa culpa porque cuando se trata de rascarse el bolsillo con los suyos se resiste más para dar cien euros que para firmar un aval por diez millones. Ahora Cifuentes y Carmena le han entregado La Peineta. Adiós, Manzanares, adiós, don Vicente Calderón.

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