Tres días después de la muerte de la mítica Princesa Leia, una persona de su círculo cercano ha asegurado que Carrie Fisher había recaído en sus adicciones: "Iba colgada como una cometa desde Acción de Gracias".
Lo ha asegurado a la web americana Radar Online este jueves. Según esta persona, Carrie Fisher habría recaído en su adicción a las drogas y el alcohol a finales del pasado mes de noviembre, coincidiendo con el día de Acción de Gracias. De hecho, la fotografía con la que la actriz felicitó la fiesta a sus seguidores a través de las redes sociales la delataba, ya que aparecía sentada sobre la cama, abrazada a su perro y junto a una mesita de noche en la que reposaban dos cervezas vacías.

Sólo un mes después, el 23 de diciembre, la recordada Princesa Leia de Star Wars sufría un ataque cardíaco masivo a bordo de un vuelo de 11 horas desde el aeropuerto Heathrow de Londres a Los Ángeles. Según los testigos a bordo, los equipos de emergencias tardaron unos 10 minutos en reestablecer sus constantes vitales y aunque fue rápidamente trasladada al Centro Médico de la UCLA, murió cuatro días después a los 60 años.
Según la fuente de Radar Online, era complicado saber con exactitud el punto de adicción en el que se encontraba Fisher, aunque la mayoría de sus amistades estaban alerta: "Algunas de las amigas con las que hablé dudaban de que estuviera totalmente limpia y sobria porque recibía recetas médicas para tratar su trastorno bipolar, depresión y ansiedad", dice la fuente. "Yo la vi hace poco e iba colgada como una cometa. Le dije que era demasiado vieja para eso".
Fisher no quiso admitir que volvía a tener problemas y había decidido seguir con la gira de presentación de su último libro autobriográfico, Diario de una princesa, en el que narraba su eterna batalla contra el alcohol y las drogas, incluyendo el LSD. Además, Carrie Fisher sufría un trastorno bipolar y una depresión por los que también estaba medicada: "Las drogas me hacen sentir normal, me contienen", dijo en una ocasión.