Allá por los primeros años 80, cuando la diseñadora era una joven de 24 años y aún no bebía los vientos por un periodista casado llamado Pedro J. Ramírez, director de Diario 16, se estrenaba Tras el corazón verde, una comedia de aventuras protagonizada por Michael Douglas y Kathleen Turner y ambientada en la Colombia profunda. El corazón que buscaba aquella mujer era una esmeralda, no un vestido. El destino ha querido que sea el país caribeño el lugar en el que Ágatha Ruiz de la Prada se refugie tras el tsumani sentimental que acaba de sufrir. A Bogotá ha llevado su moda y su corazón, verde de ira tal vez, y todos sus corazones de colores, marca de la casa y emblema de su empresa: el trabajo no entiende de sinsabores amorosos. Mientras Pedro J. presenta a su novia abogada ante toda España, la modista se prepara para abrir tienda en el centro comercial más importante de Bogotá. La vida sigue sin Pedro J.
Ágatha Ruiz de la Prada ha visitado Bogotá, no ha huido: es que tenía trabajo. No es ni mucho menos la primera vez que se traslada al país mágico de su admirado Gabriel García Márquez. Por cierto, la aristócrata abandonada por su marido ha leído muchas veces Cien años de soledad, según ella ha confesado.
Además de ser fan de Gabo, adora Colombia y allí es una persona conocida y distinguida. En ocasiones ha sido recibida por la mismísima primera dama: al menos una vez fue tratada como una jefa de estado, recibida a pie de avión por la esposa del anterior presidente de la república, señora de Uribe. También ocupa portadas de revistas y es entrevistada en televisión, donde habla de su moda, de su estilo o de su familia.
Su visita este mes de noviembre de 2016 que no olvidará coincide no solo con el anuncio de divorcio, sino con la apertura de su nueva tienda. Agatha Ruiz de la Prada desembarca en Colombia como "la diseñadora española independiente de mayor renombre en ese país y posiblemente en buena parte de Latinoamérica", según el portal especializado Fashion Network.
La marquesa de Castelldosríus lleva más de 15 años en el continente americano. Inició su aventura en el cono sur con su línea de perfumes y vaselinas para labios. Ahora continúa su expansión en Perú y Colombia con tiendas propias. En Lima ha abierto tienda en el Centro Comercial Larcomar y para este año se anuncia una apertura en el mercado colombiano, con tienda propia en Unicentro Bogotá, el complejo comercial de mayor antigüedad y ventas por metro cuadrado en el país. Se suma esta aventura a las ya emprendidas en Nueva York, Milán, París y Oporto. Se estima que las ventas anuales de Ágatha Ruiz de la Prada superen los 200 millones de dólares. No es la única empresaria del sector que apuesta fuertemente por Iberoamérica: Inditex, Desigual, El Corte Inglés o Castañer son solo algunos de los que han apostado ya por aquel mercado.
La conexión colombiana de Pedro J. y su novia
Colombia, el país que acoge a Ágatha en la resaca del disgusto, es de alguna manera también el país que conecta a la nueva compañera sentimental de Pedro J. con el periodista. Tal y como el dice su periódico, Cruz Sánchez de Lara es consejera de El Español en representación del empresario colombiano Carlos Mattos, una de las mayores fortunas de Colombia. La brillante abogada y luchadora por causas solidarias, con proyección internacional, tal y como reza en su currículo, destinada a convertirse en una suerte de Amal Clooney española, llega por tanto a ser compañera de trabajo de Pedro J. gracias a este magnate, por cierto muy amigo de Jaime de Marichalar, Carmen Martínez Bordiú o Fiona Ferrer, entre otros famosos habituales de la vida social en España donde el inversor pasa temporadas y gusta de salir y celebrar.
Durante una visita a Barranquilla
Una entrevista a la televisión colombiana en la que habla de Pedro J.
Portada de una revista local
Rueda de prensa para presentar su trabajo en una feria colombiana
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