Horas antes de que el propio Pedro J. exhibiera una imagen suya posando con la abogada de 44 años Cruz Sánchez de Lara, compañera del director de El Español, el periodista había llegado a un importante acuerdo con la madre de sus hijos Tristán y Cósima: se repartirán los bienes sin peleas legales y del modo que detallamos a continuación. Ágatha se ausentó de la casa tras el bombazo del divorcio destapado por Informalia para que Pedro J. pudiera sacar sus cosas e instalarse en su nueva residencia. La diseñadora recibirá dentro de poco un premio de consolación que le entregará Condé Nast, editora de la revista Vogue, en la que aparecerá junto a su marido y sus hijos, en un reportaje que hizo ignorando que su marido iba a abandonarla por otra.
Pedro J. Ramírez y Ágatha Ruiz de la Prada han llegado a un acuerdo, renunciando a juicios y tribunales. Parece que el periodista ha sido generoso y conciliador y, tal y como adelantamos, le ha dejado a su ex mujer el dúplex del madrileño Paseo de la Castellana, que un día fue la residencia de José Luis de Vilallonga en Madrid, donde la diseñadora se quedará a vivir con sus hijos Cósima y Tristán, por cierto, bastante afectados por el fin de la vida en común de sus padres.
Agatha también se queda, como anticipamos, con la casa de Costa de los Pinos en Mallorca, donde veraneaba el matrimonio y que en su día fue propiedad de la familia Calvo Sotelo. El piso que tenían en París fue un regalo de Pedro J. que está a nombre de Agatha. Y el piso que tenían en Londres lo adquirió Pedro y seguirá siendo suyo.
Por su parte, Agatha tiene apartamentos anexos a sus boutiques de Milán y Nueva York y suyos seguirán siendo, y una espléndida finca cercana a Madrid, heredada de su familia, donde ella hizo una remodelación espectacular de tintes ecologistas y pensando en el respeto al medio ambiente y donde tiene hasta su propio museo y tierras de cultivo.
Después de considerar "una gran putada" haber sido abandonada por sorpresa, dos días más tarde de haber posado juntos para un reportaje del próximo número de la revista Vogue, la diseñadora pasó fuera del domicilio conyugal todo el fin de semana, mientras el periodista sacaba sus cosas de la casa y se trasladaba a su nueva residencia.
Pedro J. querría haber emprendido una separación amistosa y con calma, pero en cuanto se lo comunicó a su mujer, Agatha le pidió que se fuera de inmediato, tal y como relató Informalia en exclusiva.
Unas horas más tarde ya empezaban a negociar los abogados, Javier Gómez de Liaño y María Dolores Márquez de Prado, su mujer, que son al mismo tiempo íntimos amigos de la pareja que se acaba de romper.
Esa amistad, el sentido común, la generosidad de Pedro J. y la evidencia de algo irreversible han propiciado este acuerdo que evita pleitos y el paso por los tribunales. Agatha está estos días fuera de España por razones de trabajo. A su vuelta se encontrará con un regalo inesperado que compensa este revés personal. La revista Vogue va a darle un premio que se convertirá en una especie de plebiscito donde recibirá reconocimiento y cariño tanto profesional como personal.