Ágatha Ruiz de la Prada rompió este viernes su silencio y confirmó en declaraciones a la edición española de la revista Vogue la noticia adelantada por Informalia: el sábado pasado: la diseñadora escuchaba de boca de su marido, Pedro J. Ramírez, que la aparición de una mujer de la que se había enamorado significaba el fin de su relación de tres décadas. Ágatha respondió indicándole que debía abandonar el domicilio conyugal. Algunos medios dijeron que ya hacían vidas separadas pero no es cierto. De hecho, la sorpresa fue total: dos días antes habían participado con sus hijos Tristán y Cósima en un reportaje en su casa para el mensual de moda. No hay vuelta a atrás y este viernes ambos estuvieron ya con los abogados para iniciar la disolución de un matrimonio que se celebró en secreto en junio. Tanto Ágatha como Pedro poseen importantes bienes y aunque quieren que todo sea rápido y limpio, cada uno velará por sus intereses como mejor pueda. Informalia ha podido averiguar que la diseñadora se queda con las casas de Madrid, en el Paseo de la Castellana, y de Mallorca.
Después de las primeras consultas legales, la aristócrata habló para Vogue y otros medios. "Estoy que aún no me lo creo. Me parece una faena", decía a El Confidencial. "No veréis más fotos de Pedro J. y mías juntos", declaraba horas antes a Vogue.
Confirmaba con sus palabras, punto por punto, lo adelantado por Informalia el jueves: no quiere saber nada del padre de sus hijos, que ya está con otra. Ágatha no se lo esperaba y se encuentra mal. "Estoy que no me lo creo. ¡Si dos días antes estábamos haciendo el reportaje para 'Vogue' con Tristán y Cósima y no hubo nada anormal! Y al día siguiente me lo suelta", declaraba al citado medio. Y calificaba de "putada" lo que le ha hecho su marido.
Según la versión de Ágatha sus hijos no sabían nada y ella ni siquiera notó diferencias en su día a día: "Juro por lo más sagrado que no. Me decía que tenía mucho trabajo y para mí era normal, tratándose de un periódico nuevo, ha explicado".