Dos meses después de instalarse en Los Ángeles para estudiar moda, la hija de los periodistas ha realizado un viaje de ensueño al alcance de muy pocos bolsillos: Ciudad del Cabo, en Sudáfrica. Allí, Rocío Crusset está disfrutando de espectaculares paisajes y momentos de soledad que, como ella misma explica, le están sirviendo para poner en orden sus sentimientos. ¿Acaso los tiene confusos?
A sus 22 años no para. Tras estrenarse en las pasarelas de Madrid y Milán, Rocío Crusset cruzó el charco y se instaló en Los Ángeles para hacerse un hueco en el mundo de la moda estadounidense. La hija de Mariló Montero y Carlos Herrera ya ha conseguido protagonizar sus dos primeras portadas y, para celebrarlo, se ha regalado un viaje de ensueño a Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.
Desde allí ha compartido fotografías con sus seguidores en las redes sociales, en las que se muestra disfrutando de preciosos paisajes. Crusset, que rompió su noviazgo de un año con Jaime Soto este verano, no ha desvelado si ha ido sola o acompañada, pero sí que estos días le están sirviendo para aclarar sus sentimientos: "Poniendo mis sentimientos en orden. Gracias, Tierra", asegura.
Rocío es una enamorada de la playa y no ha dejado escapar la oportunidad de tomar el sol africano y contemplar un atardecer como los que disfrutaba este verano, durante sus larguísimas vacaciones en Sanlúcar de Barrameda, donde su familia tiene una casa, y en Ibiza con amigas. Unos días de sol y playa que la pequeña de Montero y Herrera recordó hace sólo tres semanas: "Echando de menos mi lugar favorito", decía junto a una fotografía suya.