La corrupción ocupa un lugar en el podio de las preocupaciones de los españoles y el antídoto que prescribe el sentido común se llama transparencia: en aras de ese conocimiento total de los patrimonios de nuestros servidores públicos abundamos en la lista de los políticos más ricos y desenmascaramos al más acaudalado del país: es noble, hijo de ministro, con formación académica cara y ha trabajado 19 años en el sector privado: ser rico no es ser un delincuente.
El Partido Popular es el que que más representantes inscribe en la lista de 22 políticos más ricos de este país, entendiendo que son aquellos cuya fortuna supera el millón de euros.
Los artículos y reseñas que siguieron a la publicación en la revista Tiempo de este rosario de privilegiados, tocados con la varita mágica de la riqueza, apenas dedicaban gran parte de su despliegue, ni gráfico ni literario, a un concejal del ayuntamiento de Madrid llamado Pablo Cavero.
Sin embargo, ni Mariano Rajoy ni ninguno de sus ministros, ni Albert Rivera ni tampoco expresidentes como Zapatero, Aznar o Felipe González poseen bienes ni riqueza comparable a la de este edil que Esperanza Aguirre llevó al ayuntamiento, donde ejerce la oposición a Manuela Carmena (la alcaldesa ocupa el puesto 29) en el consistorio madrileño.
Pablo Cavero posee una fortuna de 6,9 millones de euros. El segundo puesto de la lista lo ocupa el también popular y miembro de la Asamblea de Madrid, Luis Peral, con una fortuna valorada en 5,4 millones de euros. El bronce es para Oriol Amat, parlamentario catalán de Junts pel Sí, con 4,4 millones de euros.
Mariano Rajoy se sitúa el puesto número 37 de los políticos más ricos de este país, y el presidente de Ciudadanos Albert Rivera, por su parte, se queda en el 102. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no entran en esta lista.
Y más de uno se preguntará quién este señor que lidera la lista de políticos de este país, y que no ha estado en la cárcel y ni siquiera ha aparecido en sumarios ni escándalos que sepamos. Para empezar hay que decir que es joven (o no muy mayor) y de familia noble: nació en Madrid, en 1968, está casado y es hijo del político Íñigo Cavero y Lataillade, XI barón de Carondelet, exministro, expresidente del Consejo de Estado y miembro en condición de académico de número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
¿Y cómo ha hecho su fortuna? Cavero es licenciado en Administración de Empresas y Ciencias Económicas por la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE), cursó sus estudios de postgrado en las Universidades de INSEAD (Fontainebleau) y Chicago. Y amplió su formación en la École Supérieure de Sciences Économiques et Commerciales (ESSEC), en París, donde fue becado.
Su trayectoria profesional ha estado siempre ligada al sector privado hasta su llegada al Gobierno de la Comunidad de Madrid. Durante 19 años trabajó para el Grupo Barclays en España, donde formó parte de su Comité de Dirección y de varios Consejos de Administración, ocupando diferentes cargos de Alta Dirección. Fue director de Planificación Estratégica para Europa Occidental, y director Comercial y Desarrollo de Negocio para Banca de Particulares y Empresas en España.
Después se pasó al sector púbico: inició su carrera política como funcionario en 2012 como consejero de Transportes e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, con Esperanza Aguirre. También contó con él Ignacio González, volvió para el cargo de consejero de Transportes, Infraestructuras y Vivienda. Desde junio del año pasado es concejal madrileño.