El actor norteamericano y la modelo rusa ya no esconden su amor. La pareja ha presumido de amor durante el torneo de tenis de Wimbledon y este domingo se han tenido que enfrentar a una incómoda situación con nombre y apellidos: Suki Waterhouse, la ex novia del actor.
Las finales de tenis suelen reunir a muchas celebrities que disfrutan desde las mejores gradas de las jugadas de los tenistas 'top'. La de Wimbledon no iba ser menos, y en su final, se concentró tal cantidad de famosos que parecía que estábamos asistiendo al estreno de una película del oscarizado Steven Spielgerd. Los Duques de Cambridge, los actores Benedict Cumberbatch y Hugh Grant, que acudieron acompañados de sus respectivas parejas; la it girl Poppy Delevingne y su marido, James Cook; el primer ministro británico David Cameron y el actor Luke Evans fueron algunos de los que vivieron con emoción el encuentro.
Sin embargo, fueron Bradley Cooper (41) e Irina Shayk (30) los que acapararon todos los flashes. Desde que comenzasen su relación hace un año y medio, el actor y la modelo han sido muy poco dados a posar públicamente o ir juntos a eventos, de ahí que su presencia en este campeonato haya acaparado tantas miradas. La pareja se vio sorprendida por la presencia de la ex del actor, Suki Waterhouse, en el partido, una coincidencia que no les hizo mucha gracia a ninguno.
Esta semana se les ha visto más juntos que nunca. El actor acudió a ver a su chica a los desfiles de París y además, han estado asistiendo a más partidos del campeonato de tenis, donde se han deshecho en mimos, confidencias y abrazos que dejan muestra de que su amor va viento en popa. De hecho, la ex de Cristiano Ronaldo lanzó la posibilidad de convertirse en madre en su reciente visita a Madrid. "Creo que el propósito de la mujer en el mundo es, definitivamente, ser madre, así que claro que me encantaría", confesó.
Relacionados
Comparte esta noticia
