La mujer de Nicolas Sarkozy ha confesado que jamás perdonaría una infidelidad. Lo ha hecho en un extenso reportaje para la revista Elle, en el que ha desvelado algunos de los secretos más íntimos de la pareja.
Carla Bruni es una mujer de armas tomar. Lo ha dejado claro en unas declaraciones sobre la infidelidad en las que se mostrado muy firme: "Si me enterara de que mi marido me engaña, me lo tomaría muy mal, realmente mal, eso seguro. Podría llegar a cometer alguna atrocidad, como cortarle la garganta o las orejas mientras duerme, por ejemplo".
Más tranquila, añade: "Ahora en serio, creo que hay que evitar serle infiel a tu pareja si se puede, es algo muy peligroso. Es uno de los caminos que acaba conduciendo a la separación. Además, desde mi punto de vista la fidelidad es una condición esencial en un matrimonio".
La cantante y modelo francesa lleva más de ocho años de relación con Nicholas Sarkozy, fruto de la cual nació una hija, Giulia, de cuatro años: "Con mi marido he descubierto algo que jamás pensé que me sucedería a mí: vivir un verdadero flechazo como en las novelas románticas. Me he convertido en... en la típica mujer de una pareja convencional, algo que pensé que jamás podría ser", afirma emocionada.
Para la que fuera Primera Dama de Francia, la fidelidad es muy importante pues ella creció creyéndose hija de una actriz y de un compositor de ópera. Pero siendo una adolescente, cuando debutó como modelo en Francia, su padre murió. Fue entonces cuando su madre le confesó, a través del libro que ella misma escribió, que en realidad era hija de un hombre de negocios que conoció en Brasil, un romance que mantuvo estando aún casada. "Yo soy una bastarda y me gustan mucho los bastardos, por otra parte" declara la intérprete al respecto.