El propietario del Open de Madrid, el torneo que terminó este domingo, el hombre más rico de Rumanía, posee el mayor banco privado de su país y un museo con una colección exclusiva de coches de época. El ex entrenador de Vilas y Becker es el único rumano en la lista Forbes, donde ocupa el puesto 1.694 del mundo con una fortuna de 1.700 millones de dólares.
El Masters 1000 ATP de Madrid, que concluyó este domingo en la Caja Mágica, no ha parado de crecer desde que Ion Tiriac comprara en 2002 los derechos de este evento deportivo, por el que el ayuntamiento de Madrid le paga tres millones de euros, después de deshacerse de los palcos, por los que desembolsaba dos millones más. El legendario Manolo Santana es el director del torneo, pero detrás está este rumano peculiar que se ha enamorado de la capital de España tanto como de todas las mujeres a las que amó en su vida y que le dieron 33 hijos, de los que solo tres llevan su apellido, según confesó en una entrevista en su país donde también dijo que les dejaría a todos ellos herencia a partes iguales. "Me gustaron mucho las mujeres, pero no me acuerdo por qué", comentó en otra ocasión.
Tiriac, gafas oscuras, bigote eterno y siempre elegantemente vestido, no es un personaje cualquiera. Alcanzó fama y notoriedad en el tenis, sobre todo como entrenador del argentino Guillermo Vilas y del alemán Boris Becker, a los que llevó a la cima mundial. Con su buen ojo clínico y dotes de gurú para el deporte de la raqueta, así como una vista de lince para los negocios, amasó una fortuna que le ha convertido en el hombre más rico de Rumanía, el único ciudadano de su país en la lista Forbes, en la que ocupaba el puesto 1.694, mientras se encontraba estos días en Madrid, con 1.700 millones de dólares. A sus 77 años, esta publicación le catalogó no hace demasiado tiempo como uno de los diez solteros más ricos del planeta.
Museo de coches
Forbes dice de él que es un inversor financiero e inmobiliario, con intereses en el sector bancario, los seguros, el comercio y en los automóviles, poseedor de un museo de coches de alta gama -que inauguró en 2013- con modelos exclusivos Jaguar, Bentley, Mercedes-Benz o Rolls Royce. Recuerda también su vinculación con el tenis y que recientemente asesoró a su compatriota Simona Halep, precisamente la ganadora este año del Open de Madrid, en la firma de contratos de patrocinio con empresas como Adidas o Vodafone.
Ion Tiriac (Brasov, 09-05-1939) comenzó a trabajar a los 15 años en una fábrica de camiones. Después de un año, le permitieron reducir su jornada laboral a seis horas, en vez de las ocho correspondientes, porque jugaba al hockey sobre hielo, lo que le llevó a ser olímpico con su país en los Juegos de Innsbruck 64.
Tiriac escribió después su historia en el tenis a partir de una pelea que protagonizó en una cancha de hockey que le costó una sanción de por vida. Era uno de los mejores jugadores de pin pong de su país, pero optó por el tenis. Estuvo entre los 50 mejores del ranking mundial, ganó 24 torneos inviduales, pero lo más lejos que llegó en un grande fue a los cuartos de final de Roland Garros donde ganó el título de dobles de 1970 junto al genial Ilie Nastase. También fue finalista de la Copa Davis en tres ocasiones ante Estados Unidos.
Banco privado
A partir de 1983 fue mánager de varios tenistas de éxito, como Adriano Panatta, Henri Leconte, Guillermo Vilas, Anke Huber, Mary Joe Fernández o Goran Ivanisevic. Pero fue Boris Becker, con quien trabajó desde 1984 a 1993, el que le dio la fama. Durante ese tiempo ya había empezado a funcionar a pleno rendimiento el Tiriac empresario. En 1990 fundó el Banca Comerciala Ion Tiriac (BCIT), uno de los primeros bancos privados de Rumanía. La Banca UniCredit Tiriac es una de las mayores del país de los Cárpatos.
Desde la fundación del banco, las actividades empresariales del dueño del Madrid Open se concentran en el Tiriac Holding, y sus filiales, como Redrum International Investments BV, con sede en Bernisse (Países Bajos) y Vesanio Trading Ltd., en Nicosia (Chipre). En 2006, la revista rumana Capital ya le colocaba como el ciudadano más rico del país con una fortuna personal de más de mil millones de dólares.
Comité Olímpico
En 1998 fue elegido presidente del Comité Olímpico de Rumanía, cargo en el que se mantuvo dos años. Dimitió en octubre de 2000 por considerar que la gimnasta Andrea Raducan, que dio positivo en los Juegos de Sydney, fue injustamente privada de una medalla de plata. "No se puede suspender a un deportista por una aspirina", argumentó entonces.
Hace unos días, decía lo siguiente sobre el dopaje en una entrevista en el diario Marca: "Con el doping soy radical, introduciría la pena de muerte (deportivamente hablando, por supuesto). Si un deportista hace trampas es que es un hijo de puta, un ladrón y se merece quedarse en casa. Ya lo hice siendo presidente del Comité Olímpico Rumano. La primera Ley que aprobé dictaba que el deportista que diera positivo nunca más representaría al país en unos Juegos".
Esas palabras hablan de la fuerte personalidad de Ion Tiriac y de su carácter, cuyas decisiones en Madrid le han generado más de una polémica. Por ejemplo, cuando decidió sustituir los niños recoge pelotas por modelos profesionales. O cuando en 2012, cambió el polvo de arcilla rojo de las pistas de la Caja Mágica por arena azul, más deslizante y de juego más rápido. Los grandes jugadores le obligaron a volver a la superficie tradicional.
Mujeres suaves y elegantes
Las mujeres, en este caso las tenistas, también han sido objeto de controversia recientemente por la reivindicación de que sus premios sean equiparados con los de los cuadros masculinos. "Le diré, respetuosamente, que a mí me gustan mucho las mujeres, especialmente cuando tienen las piernas largas y son suaves y elegantes. También son elegantes en la cancha de tenis. Yo no tengo problema en darles premios iguales, pero que me traigan los mismos resultados económicos que los hombres. Cuando la audiencia de los partidos masculinos es cuatro veces mayor que la de los femeninos, hay un problema con equiparar los premios", expuso Tiriac en El Mundo.
Ion Tiriac tiene los derechos del Open de Madrid hasta 2021. Sueña con convertir el torneo en el quinto Grand Slam. Todo lo que se ha propuesto en su vida, lo ha conseguido. "Tengo la ventaja de que fui jugador, entrenador, promotor, manager; conozco al público, a la televisión, a todos. El deporte ya no es un deporte, es una industria, con profesionales", lo afirma sobre su éxito en el tenis, que representa solo el 5% de la actividad empresarial y del negocio de este multimillonario.