El jinete y playboy vive estos días un apasionado romance con una rubia muy guapa que, según se dice, está locamente enamorada de él. El ex de Sonia Ferrer podría estar incluso pensando en boda según se ha atrevido a asegurar alguna conocida periodista.
Álvaro Muñoz Escassi necesita alimentar su vida para que siga siendo interesante de cara a los medios. Una parte considerable de los ingresos del jinete procede de su fama, es decir, de monetizar su existencia vía posados, falsos robados, programas de televisión y otros bolos: todo aquello que le quieran pagar. Sus otros negocios, sean bares o cuestiones relacionadas con la equitación, no son tan lucrativos.
Conquistas tan conocidas como Lara Dibildos, la madre de su hijo varón, o la presentadora Sonia Ferrer, que renunció al matrimonio con el cirujano plástico italiano Marco Vricella, padre de su hija, por el sevillano, le han mantenido si no en el top de las celebridades patrias sí en ese grupo de personajes que viven, básicamente, de exportar a los medios el show de sus vivencias. Programas como Mira quién salta (o como se llamara) o aquel otro en el que un montón de jovencitas tenían que robar el corazón del caballista llegaron a Escassi porque era famoso, además de guapo.
Hace aproximadamente un año y medio, una vez había roto el corazón de Sonia Ferrer y su romance con ella, Escassi batió tal vez su propio récord con su gran 'pack' de noticias sorprendentes. No era otro romance furtivo más, aunque sí... Pero en el pasado. Su gran secreto (al menos hasta ahora). La oferta que Álvaro hacía al mundo del cotilleo era imposible de rechazar: una hija mayor de edad, secreta y rubia, una madre madura española y casada en Alemania, un matrimonio destrozado (el del alemán), y un señor alemán que decía más o menos, que su su mujer era una santa, que Álvaro era muy majo, y un amigo del familia. Lo dicho: Álvaro Muñoz Escassi era el padrino y la oferta que nos hacía vía exclusivas y posados varios, era difícil de rechazar.
Pero este filón también se fue agotando, y una vez superada la excitación general por el numerazo montado por el jinete y su niña por las costas españolas, amén de intervenciones de la madre de la joven y otras lindezas, portadas y llamadas a platós incluidas, Álvaro partió hacía un país árabe -da igual cuál- para llevarle las cuadras a un millonario que debe tener el dinero por castigo.
Superado ese trance (los países teocráticos de esa zona no son muy apropiados para que el jinete ligue con señoras), Álvaro reaparece haciendo lo que mejor sabe hacer: amando a una señora. Y como si de un guión previsible de TV Movie se tratara, podemos dibujar el perfil de la dama: de unos 42 ó 43 años, un bellezón, rubiaza, forrada de pasta, y de papá rico. Muy rico. Y lo más importante: enamorada hasta las trancas del playboy español. Ella es venezolana, y su cara y su cuerpo ya están llegando a los medios de la mano de su chico. Chelo García Cortés ya lo va contando por los programas de cotilleo. Apuntémosle la exclusiva.

Álvaro por supuesto -y no tenemos por qué dudarlo- dice otra vez que está muy enamorado, tanto que vive su nuevo y apasionado romance con la venezolana rica en una isla tropical del Caribe, una de las caras, en un hotel de súper lujo. Lo mejor de todo es que se asegura en el entorno del jinete que están preparando boda.
Anna ha vuelto a querer a su otro padre
Pero la vida sigue más allá del amor y Anna Barrachina, la hija de 20 años que el jinete presentó en sociedad a base de reportajes en revistas, ha vuelto a llevarse bien con su padre postizo. Sí, el alemán, ese tal Ralf Fuge, marido de la madre de Anna, el que había criado a la joven.

El pasado fin de semana Anna estuvo en Alemania (ahora residía en España), con su familia. "Tiempo en familia en Alemania", escribe Anna junto a una imagen suya muy sonriente y en la que también están su hermano pequeño, Alex, y su abuela. Y ese señor que era su padre. No tan divertido él.
Anna vuelve poco a poco a su mundo después de que su nuevo padre se 'escapara' a Arabia, como Lawrence, y ahora al Caribe. Recordemos que cuando estalló el escándalo ella no perdonaba a su madre que le hubiese ocultado la verdad durante toda su vida.
Anna trata de aprovechar su tirón mediático para ganarse la vida como modelo. En Madrid, ante las habituales ausencias de su papá es normal verla a veces con Lara Dibildos, madre de su hermano español.