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Cristina Cifuentes, sobre su apretada agenda: "Mi marido ya no me dice nada"

  • La presidenta de Madrid no coge vacaciones hace seis años

Madrid vivía su época de mayor desenfreno, nacía la llamada Movida madrileña y una joven de 16 años decidió afiliarse a las Nuevas Generaciones de Alianza Popular, la misma organización política que años más tarde adoptaría el nombre de Partido Popular. Con apenas 26 años, y ya toda una abogada, se hizo diputada por la Asamblea de Madrid y comenzó una carrera hacia la Presidencia de la Comunidad. Pero también es madre y esposa.

El ascenso tiene un precio: su vida familiar. El trabajo ha absorbido gran parte del tiempo de Cifuentes, que además de política, funcionaria, directora de colegio Mayor, delegada del Gobierno en Madrid o Presidenta es una señora casada con Francisco Javier Aguilar Viyuela y también madre de Cristina y Javier.

¿Cómo vive la situación política actual del país?

Con incertidumbre e inquietud, como todos.

¿Cree que habrá unas nuevas elecciones?

Es muy difícil saberlo. Todo parece indicar que hay más probabilidades de que se celebren unas elecciones.

¿Lo preferiría?

Depende de cuál sea el pacto. A mí lo que me gustaría es que hubiera un pacto en el cual gobernara el Partido Popular, que es el partido más votado. Similar a lo que hay en tantos países europeos, como en Alemania. Pero parece que eso, hoy por hoy, no es posible y de haber un pacto, sería del PSOE con Podemos y yo eso no lo quiero bajo ningún concepto.

Siempre habla de la regeneración del PP. ¿Cree que es momento de que Rajoy dé el relevo?

No, porque el relevo hipotético de Rajoy no tiene que ver nada con la regeneración. La regeneración de los partidos, no sólo del Partido Popular, es algo que se tiene que dar en todo momento y Rajoy es un buen candidato. Lo ha demostrado ganando de nuevo las elecciones. Creo que, además, ha sido un magnífico presidente del Gobierno, que ha sacado a España de la crisis y nos ha colocado a la cabeza.

¿Sigue confiando en él?

Sí, yo confío en él. Además, le apoyo absolutamente.

¿Cómo va a pasar el Día del Padre?

¡Uy! No lo he pensado, pero echaré de menos a mi padre, que murió hace un año y además se llamaba José.

¿Y esta Semana Santa?

No me voy a ir de vacaciones. Voy a trabajar en Semana Santa. Voy a aprovechar porque aquí hay mucho trabajo y me voy a poner al día.

Usted suele marcharse a Segovia en vacaciones. ¿No va en esta ocasión?

Pues no sé. No creo que pueda ir. Mi madre es de allí y tenemos allí una casa en un pueblo. Pero no voy a ir a ningún sitio. Me voy a quedar en Madrid para trabajar y aprovecharé algún día para ver exposiciones que tengo pendientes, como la de los realistas madrileños en la Thyssen. También quiero ver una exposición magnífica que hay en la sala Alcalá e ir al Prado.

¿Cree que da mala imagen que un político se vaya de vacaciones cuando la situación está tan revuelta?

No es una cuestión de imagen. Es una cuestión de que llevo años sin poderme ir de vacaciones por distintas circunstancias y porque ahora tengo muchísimo trabajo. Yo les he dicho a los consejeros que se vayan de vacaciones pero, personalmente, me quedo más tranquila estando al pie del cañón.

¿Hace cuánto que no se coge vacaciones?

Hace muchísimo. ¿Vacaciones en condiciones? Pues por lo menos seis años.

¿Tiene menos tiempo desde que es Presidenta de la Comunidad de Madrid?

Bueno, vida personal la verdad es que tengo muy poca.

¿Y qué le dice su marido?

Mi marido ya no me dice nada. No se atreve ni a decirme nada (se ríe).

¿Cuántas veces le han preguntado por la cicatriz de su cuello?

Muchas. Pero dicen que por qué no me la quito, pero no pienso hacerlo, porque a mí no me importa nada tener cicatrices. Creo que las cicatrices dicen mucho de la vida de uno. Son marcas de guerra y de vida y en este caso, la cicatriz me recuerda que soy viva y que soy una superviviente. Es más, hace poco, el cirujano que me atendió en Urgencias en [el hospital madrileño] La Paz me dijo que esa cicatriz se quitaba de una forma muy sencilla. Pero es que yo no me la quiero quitar. Es que me veo en el espejo y me recuerda que estoy viva y que tengo la oportunidad de poderlo contar.

Hace unos meses, durante la campaña electoral, se publicaron listas de las políticas más atractivas. ¿Qué le parecen estos rankings? ¿Le resulta un poco frívolo que se miren con lupa a las mujeres de esta manera?

De las mujeres se habla de estas cosas. De los hombres no se dicen.

También se hizo otra igual con hombres en la política.

Pero normalmente solemos ser las mujeres. Esas cosas no me interesan, ni para bien ni para mal.

Pues usted también figuró en estas listas.

¡Uy! Bueno, qué cosas (sonríe). Pues bueno? Me parece muy bien (se ríe). Es que me da lo mismo, de verdad que lo digo. Me dan igual las listas y las no listas. Sí que es verdad que a veces me molesta que haya comentarios que sólo se hacen de las mujeres y no de los hombres, como nuestro aspecto físico y tal. Pero más allá de eso, tampoco hay que darle más importancia. No creo que la tenga.

Se acerca San Isidro. ¿Volverá a acercarse a Las Ventas?

Por supuesto. Soy taurina y defiendo la fiesta de los toros como parte de nuestra cultura y de nuestra tradición. Es más, en la Comunidad de Madrid, la fiesta de los toros está declarada bien de interés cultural a proteger.

¿Teme que Manuela Carmena prohíba la fiesta nacional?

No, no creo. Espero que no lo haga. En todo caso, las competencias en materia taurina y plazas de toros, como Las Ventas, dependen de la Comunidad de Madrid y, en el Gobierno que yo tengo el honor de presidir defendemos la fiesta de los toros.

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