Este martes Pedro Sánchez ha tomado la palabra en el Congreso, donde en los próximos días se decidirá el futuro de la nación con el debate de investidura. Entre los diputados que escuchaban con atención al líder del PSOE se encontraban Pablo Iglesias e Irene Montero, una pareja, fraguada a la sombra de Podemos, que protagoniza un romance que trasciende las paredes del hemiciclo.
Y es que la joven de 28 años se ha convertido en el mejor apoyo del líder podemita, incluso relegando a un segundo plano a Iñigo Errejón y Carolina Bescansa. Esta última, además, ha visto cómo su lugar ha sido ocupado por ella, quien se ha configurado como la segunda persona más importante de la formación.
Iglesias, que se ha erigido en la mano que ha ejecutado los cambios, ya lo anunció en diciembre, antes de las Elecciones Generales: Irene sería su vicepresidenta en caso de ser el partido más votado. Esta decisión dejaba entrever la confianza que Pablo había depositado en la psicóloga.

Según anunciaron los medios especializados, su relación profesional dio paso a un idilio que se afianzó entre mitines y actos del partido. Momentos que le unieron a Irene, en aquellos tiempos responsable de movimientos sociales de la formación.

Con el paso del tiempo, esta joven psicóloga finalmente ha sucedido a la también diputada de Podemos, Tania Sánchez, en el corazón de Iglesias. Sin embargo, han sido los méritos de Montero los que han llevado al líder del partido morado a colocarla como jefa de su gabinete.
Desde que adquiriera este nuevo cargo, su figura ha ido ocupando espacios de poder semana a semana en el Congreso. Su control y dominio ponen en evidencia que entre Iglesias y Errejón ha nacido una nueva estrella. Una promesa que es la ahora novia y mano derecha del cabeza de la formación.
