La demanda de paternidad que Manuel Díaz El Cordobés ha presentado contra Manuel Benítez es la guinda de una historia que empezó el 30 de junio de 1968, el día de su nacimiento. Desde entonces lucha porque el mítico torero que inspiró O llevarás luto por mí, la novela de Dominique Lapierre que cuenta la vida del matador de toros desde su nacimiento en 1936 hasta 1967, jus un año antes de que naciera Manuel Díaz. Nada más declarar el propio Díaz que había acudido a los tribunales para demostrar que el mítico salto de la rana y su apodo no es lo único que le une a Benítez, se ha sabido que el marido de Virginia Troconis se ha refugiado en una finca en Portugal.
"Hoy empieza una nueva etapa de mi vida. Todos tenemos derecho a conocer y que se nos reconozca nuestra identidad". Así abría su cuenta de Twitter Manuel Díaz El Cordobés este miércoles, día en que se ha hecho público que el torero va a presentar una demanda de paternidad contra su padre, Manuel Benítez. El hombre amable y paciente que no quería morir sin abrazar a su padre se ha cansado de esperar y a sus 47 años, exige ser reconocido por la ley como hijo legítimo de Manuel Benítez.
Hoy comienza una nueva etapa en mi vida. Todos tenemos derecho a conocer y que se nos reconozca nuestra identidad... pic.twitter.com/Usl7m2oywO
? El Cordobés (@mdelcordobes) febrero 3, 2016
La historia la contaba él mismo en sus memorias, De frente y por derecho, que publicó en 2012 y que dedicó a quien lo cuidó toda su vida: "A mi madre, María Dolores, y a todas las madres que defienden su verdad". En ellas relata que su madre era una joven y humilde asistenta en la casa del famoso torero Manuel Benítez 'El Cordobés', del que se enamoró perdidamente y del que quedó embarazada. Al enterarse de su estado, el diestro la despidió y no fue hasta 15 meses después del nacimiento del niño cuando se encontró con ella en el Hotel Wellington. Cuando vio al pequeño, el diestro exclamó: "Tiene el pelo igual que yo cuando era pequeño". En las memorias, El Cordobés detalla que su padre lo cogió en brazos con una amplia sonrisa, le regaló un reloj de oro y un fajo de billetes y se marchó.

Manuel asegura que su madre y su abuela jamás le ocultaron quién era su progenitor y con el objetivo de acercarse a él, decidió ser torero. Pisó una plaza por primera vez con 11 años y con El Brujo y Paquirri como padrinos, consiguió convertirse en novillero a los 17 años. En ese momento, la prensa descubrió sus orígenes presentándolo como "El hijo novillero de El Cordobés".

Manuel Díaz se encontró una vez más en su vida con su padre. Fue a los 18 años, durante una reunión del Círculo Taurino en Córdoba. Él llegó a la sala en la que ya se encontraba Benítez y se acercó a saludar, le dio la mano como a uno más y sospecha su padre se la estrechó porque aún no sabía que se trataba de su hijo.

El marido de Virginia Troconis siempre ha confesado su respeto y admiración por su padre y su ilusión por conocerlo: "No me moriré sin darle un abrazo". Confesó hace unos meses que había tirado la toalla: "He luchado por tener un encuentro para decirle a mi madre que lo había visto y que se podía morir tranquila, pero no ha podido ser. Tengo un vacío en el alma". Ahora quiere que se le reconozca lo que le pertenece por derecho y, sobre todo, quiere honrar a su madre y a sus hijos: Alba, fruto de su matrimonio con Vicky Martín Berrocal, y Triana y Manuel, de su unión con la venezolana, que también merecen tener un abuelo.
