Estar en el paro no es un problema grave para José Mourinho, al menos no es es un problema económico. Se habló de hasta 50 millones de euros de indemnización cuando le despidieron del Chelsea pero parece que al final se tuvo que conformar con 17 millones de euros. Y se los está gastando, de momento, en disfrutar con su familia de unas paradisiacas vacaciones en Brasil.
El entrenador pasará el final de año en un lugar envidiable de Brasil, en Pernanbuco, donde se pensará las ofertas que le llegan a través de su compatriota y agente Jorge Mendes (el de Cristiano). Manchester y Madrid han sonado como posibles destinos. Mientras tanto, disfruta con su mujer, Matilde, y sus hijos, José Mário y Tita (ex de Niall Horan, de One Direction) de la tranquilidad del resort de Nannai, que ya conoce de otras ocasiones.
El hotel de lujo está en Porto de Galinhas, a 60 kilómetros de Recife. Buenos restaurantes, intimidad, Golf, tenis, natación, gimnasio y spá se unen a las maravillosas playas como reclamos de este pequeño destino con solo 91 plazas y que cuesta a partir de unos tres mil euros a la semana, vuelos aparte, calderilla para el portugués.
