No todo es blanco inmaculado en la historia de amor de la heredera de Pronovias. Gabriela Palatchi se enamoró hasta los encajes del turco Ediz Elhadef, con el que se prometió, y este sábado tendrá lugar la boda a pesar de que el padre de la novia, Alberto Palatchi, preocupado por el honor y la felicidad de su hija, había advertido que a su futuro yerno le precede tal fama de seductor que hay quien le llama el Philippe Junot del Bósforo, en referencia al playboy francés que desposó a Carolina de Mónaco en 1978 para disgusto de sus padres, Rainiero y Grace Kelly. Además, en la celebración faltará Rosa Clará, la otra gran creadora española de vestidos de novia, y competencia de los Palatchi. Tras su ausencia se esconde una vieja historia de traiciones y luchas entre los colosos del sector.
La boda de Gabriela Palatchi, heredera del imperio Pronovias, con su prometido el turco Ediz Elhadef se presenta como el enlace del año. Será una celebración de ensueño que reunirá en el romántico marco campestre de la finca de los Palatchi en Puigcerdá a la flor y nata de la sociedad catalana y seguramente a las famosas y mediáticas novias que ha sido imagen de los vestidos de fiesta de la casa, como Genoveva Casanova, Vega Royo Villanova o Tamara Falcó, o que han llegado al altar con los diseños nupciales de la firma más importante del mundo en este sector.


Pero no todo es tan idílico como se ha publicado en algunos medios, que han llegado incluso a afirmar que una de las invitadas sería Rosa Clará, la creadora de la otra gran empresa del sector nupcial. Rosa Clará trabajó en su día junto a Alberto Palatchi en Pronovias, pero su relación con el empresario acabó en guerra ante los tribunales de Justicia. Hace 13 años, Pronovias acusó a Rosa Clará de competencia desleal por acudir al mismo poveedor chino que Palatchi. A su vez, en 2013, Clará fichó para su empresa a Manuel Cano, un antiguo ejecutivo de Pronovias. Difícilmente Rosa Clará iría a la boda de la hija de su mayor adversario, ni es imaginable que Palatchi invitara a la fiesta familiar a su antigua colaboradora acusada de 'traición'.

Tampoco la boda de Gabriela con Ediz Elhadef llena de alegría a toda la familia del empresario catalán. Eldahef es un turco de origen judío como el padre de Alberto Palatchi, que llegó a Cataluña con una maleta llena de encajes, un arranque mínimo que fue la base del gran negocio familiar. Isac Andic, el propietario de Mango, otro judío nacido en Turquía, también forma parte de ese poderoso lobby hebreo asentado en Cataluña. Tampoco él ha olvidado sus raíces turcas y además ambos han exportado sus productos 'made in Catalunya' al país de sus ancestros.
Ediz Eldahef, el atractivo ejecutivo que ha enamorado a Gabriela Paltachi, es hermano de una distribuidora de Pronovias en Estambul y a partir de esta relación profesional conoció a su pareja. Pero Eldahef, mucho mayor que su novia catalana, tiene fama de seductor y sus amoríos con conocidas figuras de la televisión y el mundo del espectáculo en Turquía le dieron una aureola frívola que no le gusta en absoluto a Alberto Palatchi, su futuro suegro.

Parece que la pasada Navidad, Palatchi eludió en lo posible el contacto con su futuro yerno, una intimidad propia de esas fiestas familiares. Pero finalmente se ha rendido a la evidencia y a las presiones de su propia hija y de su esposa, Susana Gallardo, influyente mujer de negocios de Cataluña, que apoya plenamente los deseos de su hija Gabriela de casarse contra viento y marea con el conquistador turco. El amor se impone.


