La actriz ejerció de madrina de la campaña Tus huesos, tu segunda piel, que promovieron FHOEMO y AECOS este martes, Día Mundial de la Osteoporosis. Allí se mostró tan cercana y natural como siempre, reivindicando la belleza femenina con canas y arrugas incluidas.
Ángela Molina atraviesa un momento muy dulce de su vida. A sus 60 años, le llueven las ofertas de trabajo dentro y fuera de España y disfruta de un sólido matrimonio con el empresario canadiense Leo Blakstad, con quien lleva ya dos décadas. Además, su hija mayor, Olivia, acaba de hacerla abuela por segunda vez. De todo esto y más habló con Informalia.
¿Sus huesos le han dado algún susto?
Gracias a Dios, todavía no. Además, como estoy colaborando con asociaciones de osteoporosis, me están alertando enseñando muchas cosas.
¿Se cuida mucho?
Sí. Yo soy feliz comiendo bien y haciendo ejercicio. De hecho, al haber sido bailarina, conozco mi cuerpo muy bien y sé lo que necesito. También camino y me siento bien. Es echar leña al motor del cuerpo.
¿Qué tal lleva los 60 años que ha cumplido este mes?
Lo llevo bien. Asombrada de que la vida sea tan generosa de darme cada vez más años (risas).
¿Le molesta que le saquen el tema de la edad?
A mí me encanta. Además, hay que tenerla presente porque estamos aquí un número determinado de años y cada año es un regalo. Hay que vivirlo como es.
Y sin ganas de teñirse las canas?
Es que no lo voy a hacer. Cada vez que me las he teñido, no me ha gustado cómo me quedaba. Es que me gusta el pelo blanco, me gusta la vida como es (risas). Me encantan las canas. Me parece la cosa más dulce del mundo.
¿Y qué piensa de aquellas mujeres que tienen esta lucha continua contra el paso del tiempo?
¿Sabes lo que pasa? Hay mujeres que son felices cuidándose de esa manera. Y adelante. Cada uno lo vive y lo decide en la medida que lo necesita. Yo no estoy diciendo que una mujer que se tiña las canas o que se estire lo está haciendo mejor o peor que yo. Ella tiene su manera de cuidarse y yo tengo la mía. Me parece que cada uno sabe por qué hace las cosas y yo confío en eso.
¿Y cuando ve a alguien como Madonna, que tiene tres años menos que usted?
Siempre me ha gustado.
¿Se siente identificada con ella?
Yo la veo igual que yo, por muy guapa que esté. No la veo más joven que yo. Sólo los tres años menos que tiene, nada más (risas).
Hablemos de su situación profesional, porque no le puede ir mejor.
¿Sabes lo que pasa? Llevo trabajando desde los 16 años y no sé si es mejor o peor porque yo me dedico a trabajar.
Las actrices maduras siempre se quejan de que no hay papeles para ellas, pero no es su caso.
Yo llevo toda la vida haciendo papeles de mi edad y ahora me toca ser abuela. Mi trabajo se las apaña para poder usarme y eso es genial. Ahora estoy rodando una película en Italia, Tini. El gran cambio de Violetta, donde represento a una mujer en la eternidad. Llevo mucho tiempo haciendo personajes italianos. De hecho, allí mucha gente se cree que soy italiana, porque no suelo hacer prensa ni entrevistas.
Además, ya ha rodado otra película americana, Smitten.
Si, se estrenará el próximo año. Tenía un título que me gusta mucho más, Condenados a amar, pero lo cambiaron.
Vuelve a trabajar en el extranjero, algo que ya hizo hace años con Ridley Scott.
Yo siempre he seguido mi relación internacional con Europa. He hecho muchos proyectos alemanes y coproducciones con Estados Unidos.
¿Se arrepiente de no haberse mudado a allí?
No me arrepiento de nada, porque no he tenido tiempo. ¿Cómo arrepentirme si no he parado de trabajar? Lo que doy es gracias por haber elegido siempre lo que me ha gustado.
¿Hollywood está sobrevalorado?
Es que yo tengo una relación muy sana con mi trabajo. La gente me conoce como soy. El tú a tú es lo que siempre ha llenado mi vida.
Antes de hablaba de la película Condenados a amar. En su caso, el amor no es ninguna condena.
Es la mejor condena, aunque esta alegoría haga referencia a que cuando se ama también se sufre. Para empezar, siempre hay que decir la verdad.
Entonces, ¿nunca miente a su marido?
No hay que mentir en el matrimonio. No lo aconsejo (risas).
¿Es el secreto de tu amor con Leo Blakstad?
Ése y amarse muchísimo. Que eso sea lo primero y dé lugar a todos lo demás.
Sus hijos pequeños, Antonio y María, tienen 20 y 12 años. ¿Serán también actores?
Ojalá sea así, porque yo adoro mi trabajo. Si se dedicaran a ello, me harían muy feliz.
¿Y qué tal se le da el papel de abuela?
Es el papel más dulce. Tengo unos nietos preciosos y Olivia ahora está muy contenta porque va a retomar el trabajo. Es una madre ejemplar y una gran profesional.
¿Le da algún consejo a Olivia como madre?
Casi me enseña ella más a mí que yo a ella.