Los actores, que celebran estos días su primer aniversario de boda, atraviesan una de las crisis más serias de su relación. La crianza de sus hijos, su vida laboral y sus malas costumbres han propiciado un distanciamiento en la pareja.
Hace ya un año que se dieron el "sí, quiero" en su bonito castillo francés, con la única compañía y testigo de sus hijos, pero parece que la celebración de su primer aniversario será de todo menos feliz. Angelina Jolie y Brad Pitt no atraviesan por un buen momento en su relación y razones para discutir no les faltan. Al parecer, el actor, que tuvo problemas con la bebida en su juventud, vuelve a disfrutar del alcohol en compañía de sus amigos, algo que despierta los temores de su mujer, que a su vez lo enfada porque no deja de fumar a pesar de su seria predisposición a padecer cáncer.
La crianza de sus hijos es otro de los puntos conflictivos en la pareja, ya que mantener a raya a seis niños de diferentes edades no es fácil. El mayor, Maddox, atraviesa una época complicada a sus 15 años, mientras que Zahara ha solicitado a sus padres conocer a sus progenitores biológicos y Siloh, cuyo problema de identidad sexual (ella ha verbalizado que quiere ser un chico) provoca continuas discusiones entre los actores con respecto a la manera de proceder.
Y no acaban ahí los problemas. Al parecer, la buena relación entre Brad y algunas de las niñeras ha despertado los celos de su temperamental esposa, que las ha despedido sin remisión. Además, el matrimonio acuerda alternar sus proyectos cinematográficos de manera que siempre esté uno de los dos en casa, por lo que en alguna ocasión se han visto obligados a rechazar una buena oferta, con el consecuente enfado y frustración.