Los famosos suelen hacerse algún retoque a lo largo de sus carreras: un cambio de nariz, un poco de bótox... El problema llega cuando cambian totalmente sus rasgos por abusar de las operaciones estéticas. Recientemente pudimos ver cómo Demi Moore había sufrido una reacción alérgica relacionada con su tratamiento de bótox.
Sin embargo, no es la única famosa a la que "un arreglito" le ha destrozado la cara. La actriz Meg Ryan ha intentado frenar el paso de los años a golpe de bisturí. Su reaparición el pasado mes de julio deja claro que debería parar de someterse a operaciones estéticas.

Uno de los casos que, sin duda, más impactaron fue el nuevo rostro Renée Zellweger. Una combinación de cirugía y tratamientos estéticos que hace casi irreconocible a la que un día fue Bridget Jones.
Nicole Kidman también dejó a medio mundo de piedra tras su último intento por permanecer joven. Sus facciones se han visto resentidas por el bótox que, según ella misma confesó, le dejó la cara paralizada.

Una habitual a todo tipo de operaciones y que más ha jugado con su apariencia es Donatella Versace. La diseñadora italiana es toda una adicta y hay pocos rasgos en su rostro que puedan ser considerados "suyos".

Sin embargo, el mundo de las operaciones estéticas no es solo terreno de las mujeres. Tan solo hay que ver al actor Mickey Rourke para darnos cuenta de sus excesos en el quirófano.

