Que los estilismos de Messi son un disparate no es nada nuevo, pero que causen una verdadera crisis política con una de las repúblicas africanas más consevadoras es harina de otro costal. El futbolista blaugrana aterrizó en Gabón para inaugurar un nuevo estadio de fútbol que se construirá en Port Gentil para la Copa Africana de Naciones de 2017 y lo hizo como si de la visita a un mercadillo se tratara. O a un zoo. Eso es lo que han dicho los dirigentes del partido de la oposición, Unión del Pueblo Gabones.
"El Mesías del fútbol llegó como si fuera a un zoológico de Gabón: sucio, sin afeitar y con las manos en los bolsillos en busca de unos cacahuetes. Nadie tiene derecho a comparecer ante los funcionarios de la República con las manos en los bolsillos de un pantalón desgarrado. Tener las manos en los bolsillos aquí es una falta de modales atroz y Gabón todavía no es un zoológico. Por ello condenamos la falta de honradez del futbolista". Así rezaba el comunicado que envió la formación.
La ofensa que ha causado Messi se entiende mejor cuando se conoce la astronómicas cifra que cobró el argentino por la visitilla: nada más y nada menos que cuatro millones de euros en efectivo, según el Daily Mail, algo que tanto los agentes del jugador como el presidente de Gabón, Ali Bongo, se han apresurado a desmentir.
