La burguesía catalana se reunió este jueves 16 de julio en la Basílica de Santa María del Mar de Barcelona para despedir a uno de los suyos. No uno cualquiera, sino a unos de sus miembros más influyentes desde la muerte de Juan Antonio Samaranch. El empresario y mecenas Leopoldo Rodés, que falleció el miércoles 8 de julio en un accidente de tráfico a los 80 años, fue homenajeado en un funeral donde participó los más granado del mundo financiero y empresarial catalán y que contó con los máximos representantes de la Generalitat.
Por el contrario, se echó mucho a faltar a algún miembro del Gobierno español y, sobre todo, a la nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
La ceremonia, perfectamente planificada y de una hora exacta de duración, fue oficiada a las siete de la calurosa tarde por el arzobispo de Barcelona y cardenal Lluís Maria Martínez i Sistach. Más de una docena de grandes aparatos de aire acondicionado instalados en la calle intentaban refrescar a través de tubos las naves de la Catedral del Mar (apodo que se ha ganado la basílica tras la exitosa novela de Ildefonso Falcones). Pese a la maquinaria, los bancos de la iglesia estaban repletos de abanicos que los asistentes agitaban sin parar.
En primera fila, a la izquierda, la familia Rodés, con su viuda Ainhoa Grandes y sus hijos Fernando y Alfonso al frente. Al lado derecho, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, junto con su esposa Helena Rakosnik y la delegada del Gobierno en Cataluña, María de los Llanos de Luna Tobarra. En el mismo banco, los consejeros de Presidencia, Francesc Homs; Economía, Andreu Mas-Colell;Territorio, Santi Vila; Cultura, Ferran Mascarell, y el ex presidente catalán y senador José Montilla.
Tras este banco se acumularon los grandes empresarios catalanes, que guardaron un cierto orden en la colocación en función de su relevancia y conocimiento del homenajeado. El presidente de La Caixa, Isidre Fainé, de los primeros, cerca Javier Godó, editor de La Vanguardia. Algo más desplazado, el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, y tras él los empresarios que forman parte del grupo industrial de La Caixa: el presidente de Gas Natural, Salvador Gabarrò; el de Abertis, Salvador Alemany, el director general de la Fundación La Caixa, Jaume Giró; el consejero delegado de Abertis, Francisco Reynés.
Tras este grupo, se colocaron otras figuras del mundo financiero y editorial como el ?imputado? Rodrigo Rato y el ex consejero delegado de La Caixa, Juan María Nin; el abogado Miquel Roca y los ex ministros Narcís Serra y Ángel Acebes; el presidente de Antena 3, Josep Creuheras, el presidente de Grupo Zeta, Antonio Asensio, o el presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián. A la misma altura, pero tras la familia Rodés se situaron los hermanos José Manuel y Pablo Lara (Planeta), que recientemente perdieron a su padre.
En representación del ayuntamiento de Barcelona, ciudad a la que Rodés dedicó gran parte de su energía, sólo se personaron en el funeral el ex alcalde Xavier Trias, el actor Juanjo Puigcorbé (concejal de ERC) y el cabeza de lista socialista, Jaume Collboni.
Tras estos grandes grupos, mezclados entre el más de un millar de asistentes, empresarios como José Ferrer y Enrique Hevia de Freixenet; Miquel Torres, de la bodega; José María Serra de Catalana Occidente; Antonio Vila Matas, fundador de Prodesfarma; Antoni Esteve del laboratorio del mismo nombre; Antoni Pont de Borges; Isak Andic, de Mango; Sol Daurella y su esposo Carlos Vilarubí, de Coca-Cola Cobega; Mariano y Marc Puig, de la perfumera; Jordi Mercader, de Miquel y Costas; los matrimonios Tous (joyeros) y Godia; Joaquim Gay, de la patronal Fomento; Josep Pujol de Ficosa o Juan José Brugera de Colonial, entre otros.
También acudieron personas de fuera de Barcelona como Jaime de Marichalar, el Duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Martínez de Irujo, o el Marqués de Griñón, Carlos Falcó.
La ceremonia concluyó con una lectura de los 16 nietos de Leopoldo Rodés que se subieron al altar y glosaron la figura de su abuelo antes de recibir un cerrado aplauso por parte del público.
Un señor de Barcelona
Leopoldo Rodés fue una de las grandes figuras de la sociedad civil catalana. Durante su vida desempeñó múltiples cargos de relevancia en el ámbito empresarial y cultural. Rodés fue uno de los impulsores de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, lo que le hizo obtener la Medalla de Oro Barcelona 92 del Ayuntamiento de Barcelona, la Medalla Olímpica del COE y la Medalla de Oro de la Orden Olímpica del CIO. Entre el resto de premios que obtuvo en su vida están la Creu de Sant Jordi de la Generalitat (1999) y la Gold Medal del Spanish Institute de Nueva York (2000).
Nacido en Barcelona en 1935, su trayectoria profesional le ha situado durante décadas entre los más importantes empresarios catalanes y españoles. Fue el fundador y primer Presidente del Instituto de la Empresa Familiar, donde en la actualidad seguía ostentando el cargo de Presidente de Honor.
También era miembro del Consejo de Administración de CaixaBank desde el año 2009; miembro de los Consejos de Administración de Havas y Grupo Financiero INBURSA; presidente del International Advisory Board de Abertis Infraestructuras; presidente de la Fundación del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) y de la Fundación Arte y Mecenazgo; vicepresidente del Real Automóvil Club de Catalunya; y miembro del Consejo de Administración de Christie?s International Europe.
En el ámbito internacional, Rodés era miembro del Chairman?s Council y del International Council del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York y del National Committee del Whitney Museum of American Art.