Ya son marido y mujer. El sabado contrajeron matrimonio en la Finca La Camarga, plasmando así un amor que se encendió cuando se apagaban las luces de los despachos del Congreso y del ministerio de Cultura. Ambos compartieron largas horas de trabajo en Educación durante la presidencia de Mariano Rajoy.
La ceremonia que ha unido a Gomendio y José Ignacio Wert se celebró en el más absoluto misterio, puesto que la finca en la que tuvo lugar la celebración estaba acordonada por la Guardia Civil, que cortó los dos caminos de entrada a una finca blindada.
El lugar del acto tampoco se libra de la polémica puesto que, según publica El Mundo, la Finca, de 500 hectáreas, con jardines estilo francés, no cumplía con las condiciones para albergar el banquete de la boda puesto que existe una orden de "cese de actividad" y no posee licencia administrativa.
Más de un centenar de personas acudieron a la celebración, entre los que se encontraba Mariano Rajoy, quien acudió acompañado por su mujer Elvira Fernández.
Una historia de amor furtiva
Todo comenzó con la llegada al gobierno de Mariano Rajoy, a finales de 2011. El presidente decidió dar a José Ignacio Wert, abogado y sociólogo, la cartera de Educación. En aquellos momentos, el nuevo ministro estaba divorciado, con dos hijos y mantenía una relación sentimental con Edurne Uriarte, tertuliana televisiva y profesora.
Sin embargo, todo cambió al elegir a su número dos. El político quería "un cerebrito" y tras preguntar y preguntar, un amigo le puso encima de la mesa el nombre de Monserrat Gomendio, una mujer millonaria, investigadora del Consejo Superior de Investigadores Científicas. Casada entonces con un brillante científico, y con dos hijos.
Ambos formaron equipo y con el paso de los meses su relación se fue estrechando. Ella, atraída por el magnetismo del que sería su jefe, y su elocuencia. Y él, prendado por la fina inteligencia y exquisita educación de Montserrat. Finalmente, acabaron enamorados.
Su idilio fue avanzando en silencio hasta que un hecho les delató. Corría noviembre de 2012 cuando Gomendio inició los trámites de divorcio de su marido, procedimiento que aún coleaba hasta hace poco por el elevado patrimonio de la ex Secretaria del Estado, que asciende a 14,5 millones de euros. Al mismo tiempo, Wert dejaba su romance con Edurne. La relación de Montse y su jefe se hizo pública.
Desde entonces, comenzaron a aparecer en sociedad. Aún se recuerda su visita conjunta al Másters de Tenis de Madrid o a los Premios Goya, donde el ministro fue abucheados. Con el paso del tiempo se convirtieron en figuras no exentas de polémica. La LOMCE, ley que impulsaron, y la falta de consenso en torno al modelo educativo contribuyeron casi tanto como el asunto del IVA cultural, entre otros temas.
No obstante, su relación daría un vuelco cuando a finales de abril Gomendio fue fichada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) como directora general adjunta de Educación, cargo que tendría que desarrollar en París. La distancia ha sido un obstáculo insalvable para Wert, un enamorado que decidió dimitir "por razones personales" porque no soportaba estar alejado de su mujer.
Su idea era la de abandonar la cartera de educación tras las elecciones generales, pero la incorporación de su entonces novia a la OCDE precipitó la dimisión.
La renuncia del abogado no ha sentado nada bien dentro del Partido Popular, entendiendo los miembros de la formación que no era el momento adecuado. A tan solo unos meses de las elecciones generales, con la Lomce en el aire en varias comunidades autónomas, se consideró una deslealtad al partido.
Su renuncia no fue el único mensaje que trasladó el ex ministro a Rajoy. También le solicitó un cargo en Francia para estar cerca de Gomendio. En estos momentos, el presidente se debate entre darle o no el nuevo puesto a Wert, aunque todo indica que acabará accediendo a su petición. Hasta el momento, el ex ministro viajaba habitualmente a la capital francesa a ver a su mujer, quedándose a pernoctar en una residencia del Ministerio.
A pesar de rumores de crisis y rupturas, este amor nacido en la clandestinidad de los despachos del gobierno ha plasmado su compromiso este sábado en la Finca La Camarga, Madrid, ante más de 100 invitados, entre los que estaba, claro, Mariano Rajoy.
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Jose Ignacio Wert
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