El True Crime es un género que cuenta cada vez con más seguidores, sobre todo por el material en el que se basan, asesinatos especialmente singulares, la personalidad de los protagonistas y el desarrollo de la investigación. Conscientes de que, además, su calidad formal ha subido muchos enteros, las plataformas apuestan por este formato. Hace unos días, Netflix estrenó El destripador de Yorkshire, un caso que fue aún más confuso por una actuación policial errática.
Los asesinos en serie serán unos perturbados, con un cable suelto en su psique y un alma castrada de sentimientos como la empatía. Sin embargo, paradojas del ser humano, son tremendamente astutos para planificar un crimen, consumarlo y engañar a la policía y a las personas que tienen a su alrededor.

Es lo que sucedió con Peter Sutcliffe, el nombre de El destripador de Yorkshire que, entre 1975 y 1981, asesinó a 13 mujeres a lo que hay que sumar 7 intentonas frustradas. A este enterrador algo le empezó a fallar en su cabeza cuando creía que oía voces. Empujado por esa "voz" pensaba que era un ser mesiánico cuya misión era matar a todas las prostitutas posibles. Y así lo hizo. Su modus operandi era siempre el mismo: se valía de piezas rudimentarias como martillos, cuchillos y destornilladores, cuyas puntas limaba para usarlas como puñales. A veces, les quitaba los órganos.

La policía estaba desconcertada y no sabía por dónde empezar. El caso le venía grande y las pistas que conseguían eran erráticas. Como por ejemplo, una agente que entrevistó a Sutcliffe 9 veces antes de que fuese condenado. Terminó en un psiquiátrico con varias cadenas perpetuas. Lo más interesante de este documental de cuatro episodios, dirigido por Jesse Vile y Eliena Wood, es que no buscan atraer al espectador con un sensacionalismo barato. Toman distancia ante lo que se muestra en la pantalla. Creen, y están seguros, que las imágenes de archivo y los testimonios hablan por sí solos sin necesidad de enfatizar.

Y no se puede obviar la visión sociológica que se respira en El asesinato de Yorkshire. Narra sus crímenes, pero rasca la superficie de los asesinatos para analizar los errores de la policía -asumió el caso como uno más, a fin de cuentas eran prostitutas- y el despliegue mediático que, durante décadas, produjo una neurosis colectiva en Reino Unido. Surgió un efecto "contagio" por el cual algunos hombres comenzaron a acosar a las mujeres. Incluso algunos violaron a sus víctimas afirmando de que eran el destripador de Yorkshire.
Sutcliffe falleció en 2020 a causa del Covid.
Una sugerencia, ya que el True Crime es una tendencia cada vez más en auge... ¿por qué Netflix decidió no renovar la ficción Mindhunter? En ella, agentes del FBI desarrollan nuevas técnicas para perseguir a asesinos en serie (entrevistándose con algunos que ya están encarcelados) y violadores.