Pasean su amor por el Parque del Retiro de Madrid, se desviven por sus mascotas y se besan en la calle, en un céntrico barrio de la capital donde viven juntos. Tamara, que disfruta de su mejor momento profesional y personal, sonríe enamorada con su novio, Íñigo. Son la imagen de la felicidad absoluta, tal y como publica Hola.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva van agarrados de la mano. Caminan tranquilamente por un paseo del madrileño Retiro, junto a Vainilla, el precioso golden retriever rubio, y Jacinta, su caniche. Son una familia feliz. Después de su viaje romántico pre-luna de miel por Filipinas, han consolidado su relación. Empezaron en septiembre de 2020 y han superado rumores de crisis. Ahora miran hacia adelante.

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Después de graduarse como chef en la prestigiosa escuela Le Cordon Bleu, la marquesa de Griñón sigue volcada en su carrera profesional. Presentó el libro Las recetas de casa de mi madre y colabora en El Hormiguero de Pablo Motos.

Íñigo, empresario de restauración, acaba de abrir el restaurante italiano Toto, en la capital, e inauguró a finales del año pasado la sala Lula Club, en la Gran Vía, también en Madrid. Un local de ocio nocturno del que es promotor. Tamara e Íñigo, cada uno volcado en su sector, han encontrado un espacio común y un equilibrio en su relación (tan expuesta al foco mediático), que ya va camino de los dos años. ¿Qué es lo próximo? ¿boda o maternidad?

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