El artista valenciano ha sido el primer invitado de Toñi Moreno este viernes en su nuevo programa, Déjate querer. Grabó su entrevista, la primera en televisión, antes de viajar a Honduras para participar en Supervivientes y ha hablado como nunca antes de su relación y su ruptura con Miguel Bosé, desvelando datos hasta ahora desconocidos: "Salí con una mano delante y otra detrás después de 25 años".
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Nacho Palau conoció a Miguel Bosé cuando apenas tenía 19 años. Fue en Valencia, durante un concierto del artista: "Fue un flechazo, fue muy bonito. Yo lo dejé todo y me fui a Extremadura, donde él acababa de comprar una finca. No teníamos luz, ni agua ni nada, pero éramos muy felices", ha contado. "No me arrepiento de nada y volvería a repetirlo todo, he estado muy enamorado y creo que por fin lo he perdonado".

Su vida con Miguel Bosé fue muy feliz hasta la llegada de los niños. Entonces, el artista comenzó a obsesionarse con la seguridad de los pequeños, dos biológicos suyos y otros dos biológicos de Palau: "Yo tengo cuatro hijos desde el día en que nacieron y creo que Miguel también sabe que tiene cuatro hijos", ha dicho Nacho. En plena crisis, se mudaron a Panamá, donde el artista se instaló en una mansión con los cuatro niños; en otra lo hizo Nacho, solo. Miguel le pagó la casa, le compró un coche y le dio tres mil euros al mes: "Yo solo podía ver a mis hijos cuando él no estaba". La situación se volvió insostenible y juntos regresaron a Madrid. "Un día, Miguel cogió a dos de los niños y se fue a México. Sin más. La decisión de separarlos fue suya, no sé si lo hizo por despecho", ha contado emocionado.

Entonces comenzó un calvario para Nacho: "Volví a Valencia con una mano delante y otra detrás después de 25 años. Fue difícil porque hay niños por medio, porque no entiendes por qué se ha pasado del amor al odio en un segundo". Y ha recordado: "Cuando llegué a Valencia aún no me creía que fuera real. Volví a tomar las riendas de mi vida y empecé a trabajar para darle de comer a mis hijos. Yo nunca dejé de trabajar, porque gestionaba muchos negocios de Miguel, pero fue muy difícil porque salí de una casa con todas las comodidades y me fui a una fábrica de embutidos por mil euros al mes. Yo no estaba bien, estaba todo el día enfadado, les gritaba a los niños... Me di cuenta de que todo era muy complicado. He llorado mucho".
La mayor preocupación de Nacho siempre han sido los críos: "Se echaban de menos y no entendían. Me hicieron muchas preguntas y yo les conté que había un señor sabio (un juez) que nos iba a ayudar a solucionar este problema. Yo solo procuro que se sientan apoyados y protegidos y que se críen juntos, porque estuvieron juntos hasta los siete años". Y ha añadido: "Sufro mucho por los hijos que están con Miguel, por no saber su día a día. Tengo un sentimiento de culpabilidad por no estar, aunque hables con ellos te pierdes muchas cosas".
Palau también ha recordado a la que fue su suegra, Lucía Bosé, que falleció en marzo de 2020: "Yo tenía una relación muy especial con ella y la echo mucho de menos. Nos ha dejado huérfanos a todos. La adoraba, la quería muchísimo".
