Este lunes 25 abril Luis Medina declaraba ante el juez Adolfo Carretero por la comisión millonaria que se embolsó tras la venta de mascarillas al Ayuntamiento de Madrid. Pocos días después, este jueves, comió en un restaurante madrileño con Isabel Rábago, que se ha ganado la cercanía del hijo de Naty Abascal defendiendo en televisión lo que ya es obvio: la presunción de inocencia del aristócrata, al que el magistrado ha retirado su pasaporte e impuesto medidas como la de comparecer cada dos semanas ante la Justicia. "Conocí a Luis Medina ese día. Fue por motivos estrictamente profesionales", nos dice la periodista.

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Medina y Rábago se encontraron en el exterior del restaurante, se saludaron con dos besos y, una vez dentro, compartieron una comida: "Nunca lo había visto antes", nos asegura ella. Pasaron un buen rato y sonrieron durante su amigable conversación.  

Hace un par de días, en Ya son las ocho anunciaron la emisión de una entrevista de la periodista, casada con el discreto Carlos Rodríguez desde 2007, al hijo del fallecido duque de Feria. Sin embargo, finalmente no se emitió y en la web del programa dejó de estar disponible el enlace donde la anunciaban. Por el momento, no hay ni rastro de la misma.  

La tertuliana, que en 2018 fichó por Ayuso para la comunicación del PP en la Comunidad de Madrid y acabó desencantada con la política, lo defendió en su programa y también en ESdiario el pasado 22 de abril. 

"Estaría bien recordar que la moral y la ética no aparece en el Código Penal y que la presunción de inocencia es un derecho que no se debe vulnerar. Estaría bien recordar que, si Luis Medina es culpable, lo determinará un juez y que junto a él se sienta en el banquillo un señor que se apellida Alberto Javier Luceño, pero eso parece que no importa mucho", escribió la periodista que, en contra de lo que se ha publicado, asegura haber defendido con la misma firmeza la presunción de inocencia de Antonio David Flores

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Luis Medina y Alberto Luceño declararon el pasado lunes en los juzgados de Plaza Castilla por el 'pelotazo' de las mascarillas. En lo peor de la pandemia, en la primera ola, el primero ha admitido que se llevó una comisión de un millón de dólares y el segundo, de cinco, por negociar la venta de mascarillas, guantes y test Covid al Ayuntamiento de Madrid.

El hermano de Rafael Medina contactó con el consistorio a través del primo del alcalde del Partido Popular, José Luis Martínez-Almeida, que no tiene nada que ver con el consistorio capitalino, salvo el apellido.

A través de él, según su propia declaración, obtuvo el contacto de una funcionaria. Su socio, entonces, cerró los tres contratos con el Ayuntamiento. A Luis Medina se le imputan presuntos delitos de estafa, blanqueo de capitales y falsedad documental, además de otro de alzamiento de bienes.

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