Alejandro Reyes ha tomado la palabra para cargar contra Pepe Navarro, después de que este entrara en directo en un programa de televisión para llamar "sinvergüenza" y "repugnante" a su madre, Ivonne Reyes. El presentador sigue sin reconocer que es el padre del joven, a pesar de que existe una sentencia judicial firme que reconoce la paternidad. En los juzgados, ambas partes siguen a la gresca.

"No tengo miedo. No voy a tolerar que Pepe entre por teléfono y empiece a insultar de manera despreciable a mi madre. ¡Ya está bien!", dice en la exclusiva que ha concedido a Lecturas este miércoles.

El joven sintió impotencia mientras veía lo que estaba ocurriendo desde la tele de su casa: "No podía estar ahí para defenderla. Es de ser muy poco caballero". 

Sobre cómo asimiló que tenía un padre que no conocía, explica. "Me costaba entender por qué nunca estaba en casa, por qué nunca me llamaba, por qué no lo conocía. Me ponía a llorar". 

El ex concursante de Supervivientes, que también ha trabajado en el campo vareando olivos y en el teatro con Rafael Amargo, entre otros trabajos, se enteró de la existencia de Pepe al preguntarle a su madre: "Un día pregunté por mi padre. Mi madre me puso entonces sus imágenes y me contó quién era. '¿Por qué no me quiere?', le dije. Me contó que era como cuando alguien se va a vivir lejos, que pierdes el contacto". 

El joven ha confesado que, con 14 años, le escribió a Pepe. Lo hizo tras pedirle a su madre que les pusiera en contacto: "Le dije. 'Hola, soy tu hijo Alejandro. Quiero, por favor, quedar contigo. Recógeme. Me apetece mucho verte'".

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Cuenta que recibió la respuesta del presentador de Esta noche cruzamos el Mississippi, aunque no tan pronto como a él le hubiera gustado: "Tardó en contestar. Lo que más me dolió fue la espera. No entendía qué había hecho mal yo. Si eres mi padre, ¿por qué no contestas? Yo miraba el chat y estaba en línea todo el rato. Le escribí como tres menajes más. Pero no contestaba. Me contestó a los dos o tres meses".

Navarro, según él, le dijo finalmente de quedar, pero le dejó plantado: "Me puse superfeliz. Me dijo: 'Hola, Alejandro, ¿cómo estás? Sí, nos vamos a ver. Voy a hablar con tu madre para organizar la reunión. Te recojo en el colegio y nos vemos'. Llegó el día y yo estaba ahí, esperando con mi pelito de 'cani'. Estaba contento, emocionado. Pensaba: 'A lo mejor me lleva al fútbol'. Esperé horas, toda la tarde. Creo que le pregunté por mensaje: '¿Vas a venir?'. 'No', me respondió. Ni me recogió nunca". 

Alejandro se hundió tras este desplante: "Lloré. Me sentí muy mal. Estaba decepcionado, dolido, triste. A las semanas me respondió con otro mensaje, ya en un tono más raro. Me decía. '¿Por qué no quedamos esta semana con Andrea y Marlo [los hijos ya veinteañeros de Pepe con Eva Zaldívar] y así conoces a tus hermanos?'". Él, sin embargo, no aceptó esta petición: "Yo no quería quedar con ellos, quería quedar con él a solas". 

No obstante, Alejandro empezó a tener contacto con Marlo a raíz de encontrárselo por casualidad en un centro comercial. Gracias a ello, asegura, también con Andrea. Incluso dice que lo invitó a una fiesta de cumpleaños por Whatsapp. "Luego pasó algo muy raro, Pepe y mi madre quedaron para comer. Esto lo supe más tarde".

A raíz de este encuentro entre el presentador y la modelo, Marlo, recuerda, le escribió para sugerirle que se hiciera la prueba de paternidad. A él le molestó y le bloqueó, porque no quería que se metiera "en estas movidas", solo necesitaba quedar con él y pasar tiempo juntos, como dos hermanos.

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Marlo, según él, no fue el único y ahí empezó a notar algo extraño: "Andrea me lo escribió por Whatsapp también, ahí percibo que hay una estrategia. Pepe no me volvió a escribir nunca más. Si tienes dudas sobre la paternidad, no montas una historia de reunir a la familia, ¿no?". En definitiva, el joven se sintió "utilizado" por Pepe. 

En cuanto al motivo por el que no se quiere volver a someter a las pruebas de paternidad, explica: "No me las voy a hacer en un centro privado. Sí en el centro de Toxicología. No me fío de él. Pepe tiene miedo a hacerse las pruebas en un centro de verdad y que salga positivo. Al final se va a tener que ir del país y va a tener que pedir perdón. Él sabe que, como ha mentido, toda su carrera se va a ir al traste". 

Por otro lado, en su entrevista explica que a Pepe le corresponde legalmente pasarle una pensión, aunque él no la acepta: "No me interesa su dinero". La posible herencia también le da igual, se la deja a Andrea y Marlo: "¡Que se queden con su herencia y la repartan en vida! Me da igual". 

Alejandro saca una conclusión de toda esta historia, que no guarda ningún sentimiento de afecto por Pepe: "Me repugna. Como hombre no tiene ningún valor. No quiero nada de él. Se me cae la cara de vergüenza de ser su hijo. Por eso no acepté sus apellidos". Tanto es así que si se lo encuentra no piensa dirigirle la palabra: "Nada, pasaría de él".

Al mismo tiempo, con Andrea y Marlo tampoco quiere tener trato. "Tengo ternura por Marlo. Pero no tenemos ninguna relación. No soy rencoroso. Lo único que quiero es que este señor me deje vivir. Y que no nos falte el respeto. ¡Te lo estoy dejando en bandeja, te quedas con tu pasta y me dejas en paz! Es él quien ha querido reabrir el caso". A continuación, suelta un bombazo: "Él quería hacer una serie sobre la situación de nuestra vida y la paternidad". 

Por último, aunque no quiere saber nada de él, recuerda que todavía quedan cabos sin atar y le pone en su sitio: "Me está utilizando para atacar a mi madre. Que pare con los insultos destinados a humillar. Hay un juicio pendiente, el de la pensión desde que era pequeño, tiene que pagar. El cole costaba unos 13.500 pavos por semestre", sentencia.

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